Ciudad del Vaticano.

El director del Banco del Vaticano, Jean-Baptiste Douville de Franssu, declaró que ahora es imposible lavar dinero en esa entidad bancaria, que estuvo plagada de escándalos, después de que se hizo una restructuración de tres años para evitar el blanqueo de capitales y la evasión impositiva, al tiempo que la institución cerró en los últimos tres años 4 mil 935 cuentas fuera de norma.

El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como Banco del Vaticano, informó en su reporte de 2015 divulgado este jueves por la Iglesia católica, que durante el año pasado sufrió una estrepitosa caída de utilidades, al pasar de 104.5 millones de euros en 2014 a 42.8 millones en 2015.

El director de IOR hizo la afirmación a la vez que reportó una ganancia neta de 16.1 millones de euros (18.3 millones de dólares) el año pasado, en comparación con la ganancia de 69.3 millones de euros en 2014. El banco atribuyó la baja a las menores tasas de interés, la incertidumbre del mercado y las medidas para arreglar una cuestión vinculada con los impuestos extranjeros.

En una entrevista con la prensa vaticana, De Franssu admitió que el Banco del Vaticano fue objeto de abusos porque no se puede servir a dos amos y el dinero es tentador. Pero ahora que las nuevas normas están en vigencia, es imposible lavar dinero en el IOR, afirmó.

El banco tiene 14 mil 801 clientes. La mitad son órdenes religiosas que utilizan sus servicios de inversiones y de transferencia de fondos a misiones en todo el mundo. Otros clientes son las oficinas y empleados del Vaticano. El total de bienes de los clientes administrados por la entidad bancaria a fines de 2015 ascendía a 5 mil 800 millones de euros (6 mil 600 millones de dólares).

Todos los años el banco destinaba al Papa 50 millones de euros, en gran parte para manejar la Santa Sede. Este año el papa Francisco sólo recibe la ganancia de 16.1 millones de euros.

El director general del banco, Gian Franco Mammi, sugirió que en años anteriores el banco había tenido que acudir a su capital para efectuar la donación. “La novedad este año –y para mí es un gran placer comunicar esto– es que las contribuciones sólo han salido de las ganancias y no del capital”, declaró al periódico y la radio del Vaticano.