Entre las personas con enfermedad mental (depresión, ansiedad y esquizofrenia), 70 por ciento también son adictas a alguna droga. La combinación mariguana y esquizofrenia es de alta prevalencia, por lo que es falso que la cannabis sea inocua, afirmó Jorge Octavio Ocampo López, presidente de la Academia Mexicana de Patología Dual (Amepad).

Los pacientes deberían ser atendidos por los dos problemas de salud a la vez, pero eso prácticamente no existe en México. Mientras se mantenga concentrada la atención médica sólo en el trastorno mental, dijo el experto, los hospitales siquiátricos seguirán con su puerta giratoria, en la que reciben a enfermos descontrolados que intentaron quitarse la vida o tienen severas alucinaciones, los estabilizan y dan de alta y, al poco tiempo, regresan con el problema o ya no, porque lograron consumar el suicidio, afirmó.

El abordaje dual ya está reconocido en países europeos, como España, donde se ha documentado que la comorbilidad entre esquizofrenia y adicciones es cercana a 50 por ciento, casi cuatro veces más respecto de la población general. Y los especialistas han estimado que el consumo de drogas puede ser factor que adelante el inicio de los males siquiátricos, comentó.

La Amepad instaló una Clínica Ambulatoria de Patología Dual en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, donde entre los internados los especialistas identificaron su elevado consumo de drogas y cómo éstas desplazan los tratamientos siquiátricos.

Es un problema complejo, explicó Ocampo, porque hasta antes de que se ofreciera a los enfermos este tipo de atención, no se descubría que tenían un problema de adicción.

Hasta ahora se han canalizado a este servicio 650 pacientes, a los que se detectó mientras estaban hospitalizados. Al ser dados de alta comenzó su seguimiento en la clínica de patología dual, donde de entrada se programan 20 sesiones de terapia familiar y otras 20 de individual, como parte de un plan integral de rehabilitación. La atención está a cargo del personal médico de base y residentes del nosocomio.

La Amepad diseñó el modelo de la clínica y da capacitación a los trabajadores. Es un espacio aún limitado para un problema grave que no se ve, pero existe. Y si se abriera a toda la población no habría instalaciones suficientes para soportar la demanda, señaló Ocampo.

Y es que además de las personas con diagnóstico de algún trastorno neurológico están aquellos individuos que viven con depresión o ansiedad y no se atienden por diferentes razones, pero que tienen al alcance, con amigos o en fiestas, el acceso a algún tipo de droga, desde alcohol y tabaco hasta las ilícitas.

Ninguna droga se lleva con el cerebro, señaló el experto. Aunque las personas digan que con las sustancias se sienten bien, es irreal. Necesariamente hay una alteración en el funcionamiento neuronal y más si se trata de adolescentes, cuyo cerebro aún está en desarrollo.

En individuos con alguna afectación mental, el consumo combinado de drogas y medicamentos puede generar afectaciones, aunque lo más frecuente es que ante los efectos adversos de los fármacos (problemas musculares, resequedad, trastornos de sueño) es fácil que los pacientes los abandonen y se queden con drogas como la mariguana, cocaína o anfetaminas, con la falsa ilusión de que les va mejor.