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Morgius apócrifo
Periódico La Jornada
Sábado 20 de junio de 2015, p. a16

Un buen relato es una historia que le interesa no sólo a quien la cuenta, sino también a quien la recibe. No importa si proviene de un sueño, un viaje o de la imaginación, debe, en todo caso, transmitirse.

En orden alfabético, en esta antología encontraremos mitos y leyendas, no sabemos si verídicas o falsas, pero aquí es donde está el valor narrativo, porque de Morgius no sabremos si fue un viajero, un erudito, un enciclopedista o incluso un alquimista.

Contiene tal variedad de temas, ordenados de la A a la Z, como remedios antiguos contra la ponzoña, mitos del origen del mundo y del universo. El autor divierte con un lenguaje que nos remontará muchos siglos atrás y a regiones con una alta convivencia social y logra hacernos creer que son relatos orales muy antiguos que se han conservado gracias a que permanecieron impresos.

Algunos de ellos son una especie de microrrelatos en los que no abundan las descripciones y los detalles son mínimos, pero que engloban el sentido que el autor les quiere dar. Por ejemplo, el misticismo de sectas, como la de los Acólitos de la Madre Muerte, que realizan reuniones semanales en una colonia de la ciudad de México, cuyo número no ha podido ser determinado aún por la policía preventiva.

Es la variedad de temas y culturas la que provoca esbozar una sonrisa con cada giro narrativo del autor.

Título: El planisferio de Morgius Cancri

Autor: Ignacio Díaz de la Serna

Editorial: FCE

Páginas: 255

Recuerdos trágicos

La memoria personal actúa siempre a partir de un filtro milagroso que permite las metamorfosis. Y a través de la narración es uno de los grandes modos de intercambiar experiencias.

En esta novela, de forma intercalada y a manera de retrospectiva, los personajes cuentan cada una de las versiones de su vida, una imbricada autobiografía con recuerdos claros y precisos. Es un emotivo recuento de los daños.

Por turnos, cada uno de ellos rememora situaciones y anécdotas que no han podido olvidar con los años. Una especie de catarsis en pequeñas dosis. Casi todos sus recuerdos son crueles, trágicos, que ya convertidos en adultos les han hecho imposible olvidar su lugar de infancia, el pueblo Hemmersmoor, donde nacieron.

Ahora, coinciden los amigos, nosotros salvaguardamos las historias de nuestro pueblo; nosotros somos sus guardianes y podemos modificarlos a nuestro gusto.

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Los mitos y rumores en un lugar pequeño tienden a convertirse en estigmas, que tal vez se vuelvan verdades o desgracias. Y en Hemmersmoor prevalecen las creencias de que algún vecino vendió su alma al diablo para adquirir poderes terribles; cuentos sobre hechiceros que toman forma de animal para rondar por las calles; sucesiones de asesinatos y venganzas. En esta villa, pocos están a salvo.

Como en una sala de interrogatorios o en un juego de adultos, cada uno de los personajes confesará sus mentiras, errores y maldades.

Título: Puerta al infierno

Autor: Stefan Kiesbye

Traducción: Claudia Cabrera

Editorial: Almadía

Páginas: 281

Derrumbe del progreso

Mucha de la literatura africana está basada en cierta cosmogonía del mundo, sin ser tradicionalista.

Y esto no es una desventaja, sino un buen recurso narrativo. Esta novela, va casi en ese mismo sentido.

En ella se relata la vida en un edificio, pero que al mismo tiempo éste puede ser un mundo, un refugio, su universo.

Un edificio en el que suceden cosas sin reflexión por parte de sus inquilinos, es decir, sus moradores las toman como un castigo o consecuencia de sus actos, nada más allá.

Viven, por decir, a expensas del otro, en comunidad, atentos a las desavenencias de sus vecinos, familiares o amigos. El progreso y la política están lejos de ellos. Asumen su condición y viven al margen.

Aparece también el extranjero aprovechado que, en contubernio con el gobierno, les hará creer que en ese lugar de Luanda es posible la extracción de petróleo, y que como consecuencia habrá riquezas luego de su extracción y venta.

Sin embargo, el desenlace es fatal, la ciudad no tiene sujeción, si perforan el suelo, las consecuencias son imprevisibles, como mínimo se producirán derrumbes.

Título: Los transparentes

Autor: Ondjaki

Traducción: Ana María

García Iglesias

Editorial: Almadía

Páginas: 453

Texto: José Rivera Guadarrama

libros@jornada.com.mx