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Pasan de seis a 11 organizaciones, todas igual de violentas, afirma gabinete de seguridad

Crecen grupos delictivos tras la muerte de Nacho Coronel y El Chayo Moreno

Continúa la lucha de los cárteles por el control de territorio para traficar la droga, señala

 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de julio de 2011, p. 12

En el semestre pasado se reflejó con mayor intensidad las consecuencias de las muertes de Ignacio Nacho Coronel Villarreal (julio 2010) y Nazario El Chayo Moreno González (diciembre 2010). Abatidos respectivamente por elementos de la secretarías de la Defensa Nacional y Policía Federal, en menos de un año se modificaron los números de grupos del crimen organizado, siendo ahora que en lugar de seis existen 11 organizaciones, todas igualmente violentas, señalaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.

Fuentes militares revelaron que en muchos casos los cárteles han aceptado algunas sociedades de conveniencia para mantener el control de territorios, pero también han tenido disputas internas, que por ejemplo han terminado, como en el estado de Durango, en purgas en las cuales 250 personas fueron asesinadas y sus cuerpos enterrados en fosas clandestinas, por pertenecer supuestamente a facciones en conflicto.

En abril pasado la empresa Stratfor, especialista en temas de seguridad, señaló que los cárteles mexicanos continuaban luchando por el control de los puertos de entrada a Estados Unidos y los puntos estratégicos de cruces de carreteras en México que se localizan en sitios como Ciudad Victoria, San Luis Potosí, ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Durango, Torreón, Saltillo y Chihuahua.

A partir de marzo de este año fue notorio el impacto de la presunta muerte de El Chayo Moreno, pues su organización se dividió en dos grupos, por un lado José de Jesús El Chango Méndez y por otro, Servando Gómez, La Tuta, y Enrique Plancarte Solís.

Estos últimos crearon los Caballeros templarios y tras la captura de El Chango Méndez en junio pasado, sus enemigos están tratando de controlar a los operadores de La Familia, y sus zonas de influencia se extendieron de manera rápida hacia el estado de México, en donde muestra de la confrontación se registró en días pasados con el asesinato de 11 personas en el municipio de Chalco.

En tanto la muerte de Ignacio Coronel impactó la estructura del cártel de Sinaloa, que dirigen Joaquín El Chapo Guzmán Loera, Ismael El Mayo Zambada García, y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul.

Esta organización perdió presencia en Colima, sitio donde se encuentra una de las mayores aduanas del país y uno de los principales puntos de ingreso de precursores químicos para la producción de drogas sintéticas, en una zona que es disputada por La Familia, Sinaloa, Beltrán Leyva y Los Zetas.

En el estado de Jalisco, el cártel de Sinaloa (al que las actuales autoridades federales también identifican como cártel del Pacífico) perdió a su principal operador y negociador con el fallecimiento de Nacho Coronel, y este deceso trajo consigo el surgimiento de dos nuevos grupos, La Resistencia, conformada por integrantes de distintos grupos que luchan contra la organización de Guzmán Loera, y por otra parte el nacimiento del cártel de Jalisco Nueva Generación dirigido por ex operadores de Nacho Coronel.

La Resistencia tiene como centros de operación zonas como Aguascalientes, Jalisco, Zacatecas y algunas áreas de Michoacán.

El cártel de Jalisco, Nueva Generación, cuenta con operadores en la ciudad de México y específicamente en la zona de Tepito, estado de México, Jalisco, Colima, Zacatecas, Sinaloa, Durango y en combinación con grupos rivales a Sinaloa tiene rutas de trasiego que llegan hasta Estados Unidos, señalaron los funcionarios consultados.

Por otra parte, el cártel del Golfo al mismo tiempo que mantiene su disputa por el control de Tamaulipas con el cártel de Los Zetas –lo que ha dejado al menos 193 migrantes asesinados y sepultados en fosas clandestinas localizadas en el municipio de San Fernando–, ha ampliado su presencia a otras entidades como Morelos y Guerrero por su sociedad con el cártel de Sinaloa.

Los Beltrán Leyva (también conocidos como el cártel del Pacífico Sur) mantiene sus zonas de operación en Zacatecas, Durango, Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Quintana Roo (en sociedad con Los Zetas), Coahuila, Morelos y Nuevo León.

Los Zetas trabajan en alianza con grupos que se consideraban desarticulados por las autoridades, como son el cártel de Juárez y los Arellano Félix; sin embargo, sus presencia se ha extendido hacia el norte y sur del país, y también a Europa, en alianza con grupos de italianos –principalmente el conocido como ’Ndrangheta–, y a Centro y Sudamérica.

Según la compañía Stratfor, Vicente Carrillo Fuentes, líder del cártel de Juárez, está logrando mantener a raya a las fuerzas de Sinaloa en Juárez, pero ha perdido sus territorios periféricos en el estado de Chihuahua, así como su línea principal de suministro de medicamentos de la ciudad de Chihuahua.