La orquesta se fundó con el fin de inspirar a la juventud de América, señaló su director
Fomentar sueños, propósito esencial de la YOA; se presenta hoy en la Sala Neza
Domingo 17 de julio de 2011, p. 5
Detrás de la Orquesta Juvenil de las Américas (YOA, por sus siglas en inglés), que actualmente realiza una gira por México, yace un proyecto no sólo artístico, sino también social, un tanto inspirado en el reconocido y laureado modelo de orquestas y coros infantiles y juveniles de Venezuela.
Si algo nos proponemos con esta orquesta es fomentar sueños. Nos interesa que cada uno de los músicos que participan cada año con nosotros trabaje en el aspecto artístico, pero también que tenga experiencias que lo ennoblezcan y enriquezcan como ser humano
, explica el director artístico de la agrupación, Mark Gillespie.
“Lo que queremos dar y compartir, tanto a los músicos como al público, es la idea de que si trabajamos fuerte, con disciplina, amor y dedicación, podremos superar gran parte de nuestros obstáculos y abatir fronteras.
La orquesta fue fundada hace 10 años con la idea de inspirar a la juventud, a los pueblos, a las sociedades del continente americano. Como proyecto nos interesa, por supuesto, el desarrollo artístico de los músicos participantes, pero también es esencial trabajar en el aspecto humano.
Como parte de esta primera visita que hace al país, la YOA se presentará hoy en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario al lado de la Sinfónica de Minería para interpretar de manera conjunta la séptima sinfonía de Gustav Mahler.
Este concierto, el cual será dirigido por Carlos Miguel Prieto, es una de los puntos más importantes de la gira que la agrupación realiza por diversas entidades de la República desde el pasado 29 de junio, la cual concluirá el 13 de agosto, con una actuación, de nueva cuenta, en dicho recinto universitario.
Otra de las presentaciones que destacan de entre las 15 que en total ofrecerá en este tour es la que tendrá el próximo domingo 31 de julio en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.
De acuerdo con Mark Gillespie, entre los principios que rigen el trabajo social de la YOA se encuentra el de llegar a públicos no muy familiarizados con la música de concierto.
Lo anterior, explica, a partir de la convicción de que quien escucha música mejora su calidad de vida, pues es una manera de acceder a planos sublimes del alma y la mente humanas, además de ser un elemento de convivencia y congregación.
Tenemos el ejemplo de Venezuela, donde más de 300 mil jóvenes estudian música. La idea no es llenar el país de músicos, sino mejorar a la sociedad. El arte es una manera de crear mejores condiciones de vida individual y pública, una forma de generar recursos humanos
, destaca el también intérprete musical estadunidense.
México debería invertir más en programas sociales de este tipo. La música es algo que cuando tenemos contacto con ella, sea estudiándola, tocándola o simplemente oyéndola siempre nos dará o dejará algo; por ejemplo, en el caso de los intérpretes, sensibilidad y responsabilidad. Es necesario que los gobiernos y las empresas inviertan en el arte, porque es una forma de invertir en el futuro de su pueblo
.
Acaso un ejemplo de esto último sea la propia YOA, cuyo presupuesto para la gira de este año por México es de un millón 600 mil dólares, de los cuales más de la mitad fueron proporcionados por patrocinadores privados.
El fin de esta orquesta, cuya sede administrativa se encuentra en Estados Unidos, es estrictamente educativo. Cada año es integrada por 80 diferentes músicos, seleccionados mediante audición, provenientes de todo el continente americano, cuyas edades fluctúan entre los 18 y 30 años; la mayoría son aún estudiantes, pero también hay algunos que de forma reciente han ingresado a la vida profesional.
De acuerdo con Mark Gillespie, una de las funciones de la agrupación es servir como puente entre los ámbitos académico y profesional, a partir de proporcionar a los atrilistas recursos educativos y artísticos a los que de otra manera sería muy difícil tener acceso en sus países de origen.
Esta es una gran oportunidad para estudiar con músicos de reconocido prestigio mundial, artistas de las principales orquestas de Estados Unidos, así como actuar con directores y solistas de renombre y fama internacional
, indica.
En muchos países de América es muy difícil que los estudiantes de música tengan acceso a este tipo de maestros y preparación. Incluso, no obstante los grandes talentos que hay en cada país, muchos son los que sobrellevan con dificultades sus estudios, ante la falta de recursos, dinero y caminos
.