México cuenta con la fortaleza estructural para navegar en estas aguas turbulentas con confiabilidad, aseguró Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, al referirse a la crisis económica por la que atraviesan algunos países de Europa y el abultado déficit fiscal que enfrenta Estados Unidos.

Aseguró: El curso de la mano firme que nos ha dado una buena dirección se va a mantener. También si uno compara al sistema bancario mexicano con el de otros países, realmente México es de los países que tiene una situación relativamente afortunada, porque tenemos un sistema bancario sano, limpio y bien capitalizado, con capacidad de extender crédito adicional y contribuir al crecimiento económico.

El funcionario afirmó: No tenemos debilidades estructurales: tenemos finanzas públicas sanas; no hay sobrendeudamiento del gobierno ni de las familias; hay un sistema financiero bien capitalizado, régimen cambiario de flotación, acumulación de reservas por más de 130 mil millones de dólares y una línea de crédito contingente por 74 mil millones de dólares.

El funcionario expresó lo anterior en una conferencia de prensa, en el contexto de la culminación del proceso de transferencia de la medición de la inflación al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Advirtió que el buen comportamiento de la inflación durante los últimos meses, que ha llevado a la inflación general hacia la meta permanente de 3 por ciento anual más/ menos uno por ciento, en modo alguno significa que la junta de gobierno (del banco central) haya entrado en una etapa de relajación o desocupación respecto de su mandato prioritario, que es procurar la estabilidad de precios.

Por el contrario, señaló Carstens, el combate a la inflación es para el Banco de México permanente e irrenunciable. Explicó que los buenos resultados logrados en materia de estabilidad de precios son producto de la combinación de varios factores, entre los cuales destaca un fortalecimiento en el marco de conducción de la política macroeconómica y, en general, un entorno de mejoría de los fundamentos económicos del país.

Agustín Carstens, gobernador del banco central, ayer durante la firma del convenio con el InegiFoto Jesús Villaseca

Enumeró entre los elementos que contribuyeron a esta fortaleza y estabilidad una prudente política fiscal y de endeudamiento público, el régimen de tipo de cambio flexible vigente desde mediados de la década de 1990, el régimen de objetivos de inflación que sigue el Banco de México y una creciente credibilidad del propio instituto central, mediante una estrategia de comunicación y plena transparencia, que ha propiciado el anclaje de las expectativas de inflación.

Reiteró que la junta de gobierno del Banco de México se mantendrá vigilante acerca de la evolución de los precios y no me cabe duda de que actuaremos sin titubeos y sin demora en caso de detectar presiones generalizadas sobre los precios.

Por su parte, el presidente del Inegi, Eduardo Sojo, explicó que durante el proceso de transferencia de la medición de la inflación al Inegi se incorporaron recursos humanos del Banco de México tanto de personal de campo como de oficina, que fueron el 100 por ciento de los investigadores de precios (99) y 30 por ciento (15) de mandos medios y directivos.

Informó que para medir la inflación el Inegi invirtió 12 millones 474 mil pesos, y se cuenta con un presupuesto anual de 61 millones de pesos.

Mencionó que en el Banco de México la difusión de los índices se hacía a las 9 horas y ahora en el Inegi será a las 8 horas, y se contará con dos boletines, uno para el índice de precios al consumidor y otro para el índice de precios productor.