La muestra Ricardo Martínez, que reúne más de 110 cuadros y 50 piezas prehispánicas, será inaugurada hoy a las 19:30 horas en el Museo de la Ciudad de México.

Con esa retrospectiva en el recinto de Pino Suárez 30, Centro Histórico, se busca dar a conocer a un público más amplio al pintor oriundo de esta urbe, ya que en 2012 se proyecta inaugurar un centro cultural que llevará su nombre, en avenida Juárez 58, el cual resguardará la obra que Ricardo Martínez de Hoyos (1918-2009) dispuso, expresó a La Jornada Elena Cepeda.

La titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno del DF reiteró que el proyecto costará cerca de 40 millones de pesos.

Antes de que falleciera, hablé con el maestro para lograr la catalogación de toda la colección que tenía y estuvo de acuerdo. Empezamos a hacerla de la mano con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, pero con el maestro en vida. Esto nos ha permitido que no se separe, que no se pierda, porque cuando platicamos con él pensamos que era importante poner estas piezas prehispánicas para que las personas conocieran esta vinculación y tener un centro cultural o museo que es obligatorio visitar, dijo Cepeda.

La funcionaria admitió que nos ha costado mucho trabajo conseguir los recursos, sin embargo, ya se vendió la parte posterior del terreno da a la calle de Independencia, lo que permitirá tener un primer fondo. Parece que finalmente se cierra la operación y en mes y medio recibiremos este dinero para iniciar la obra. Entonces, será seguramente más fácil conseguir recursos de los propios coleccionistas. Hay personas muy relevantes que estarían dispuestas a participar y completar el dinero necesario.

Obra de Ricardo Martínez que se podrán admirar en la exposición del arista en recinto de Pino Suárez 30, CentroFoto María Luisa Severiano

La muestra incluye una sala de lectura que ofrece mayor información sobre el otrora cine Variedades, del que sólo queda la fachada.

Se trata de una retrospectiva cronológica que aborda etapas tal vez poco conocidas del pintor, quien destacó por sus figuras monumentales, desnudos sensuales y atmósferas irreales. El cuadro más temprano es de 1941, cuando él estudiaba en libros a los maestros italianos del trecento y quattrocento, aunque siempre con un toque muy mexicano, explicó José Valtierra, curador del museo.

Se ve cómo Martínez de Hoyos se acercó a la limpieza de trazo y la paleta cada vez más reducida que lo caracterizan. La muestra termina con el cuadro en el que trabajaba cuando murió. Al acercarse se puede ver la manera en que construía sus pinturas, anotó Mauricio Marcín, también curador del recinto.

Zarina Martínez Lacey, hija del artista, señaló la ausencia del último cuadro terminado, de su propiedad, que está en París: Mi padre, tan perfeccionista, aceptó utilizar unos bastidores chuecos. Es un experimento, porque puso la tela en el bastidor y el cuadro quedaba como sesgado. Entonces hizo una figura de tres cuartos, que con el sesgo de la tela da todavía más la impresión de que la figura no está ni de perfil ni de frente, sino volteada.