l 25 de agosto próximo se conmemorarán 67 años de la liberación de París por los Aliados que, siendo 41 –entre ellos México– para esa fecha, participaron en este evento sólo el cuarto batallón de Estados Unidos y la división Leclerc de la Francia Libre, presidida por Charles De Gaulle, con el apoyo de la Resistencia francesa desde el interior de la ciudad.

Contrariamente a otras celebraciones de fechas históricas, en las que se conmemora un hecho aunque el tiempo transcurrido pueda haber borrado o diluido la significación social, política o cultural originales, la guerra de 1939-1945 o Segunda Guerra Mundial, es un periodo que se ha mantenido presente en el esprit français mediante los libros de texto escolares y las investigaciones académicas de alto nivel, pasando por los medios de comunicación –que no dejan pasar por alto condecoraciones u obituarios de héroes de dicha contienda, entre otros actos del recuerdo– y los medios culturales: cine, teatro, literatura, artes plásticas... donde esta guerra es la protagonista.

Ahora, para el 67 aniversario, las autoridades han llamado a los franceses a sacar de sus cofres y recuerdos toda historia o documento que pueda ilustrar lo vivido en este periodo por ciudadanos sobrevivientes y lo que conserven sus descendientes, a fin de que la alcaldía de París los reúna con la historia oficial e imágenes conocidas –como las tomadas con las primeras cámaras de cine de 9 mm y las fotográficas, donde se ven parisinas besando soldados estadunidenses o parisinos agitando banderas arriba de tanques, entre otras, para ... rendir un homenaje a los habitantes de París, mostrando cómo vivieron la Liberación personas anónimas, como dice la historiadora que organiza la recopilación, Cristina Lévisse-Trouzé.

Habiendo recibido ya donativos o préstamos de una treintena de personas, entre las cuales una fotografía de un nonagenario donde se ve un rebaño de vacas que llevaban bastimento para los resistentes, en la plaza de Alesia, al sur de París, la convocatoria sugiere esta reflexión sobre la importancia de no perder la memoria de la propia historia con el encandilamiento de un presente vertiginoso y enajenante: ¿será éste el secreto de las naciones que poseen ciudades-museo para la humanidad?

Yuriria Iturriaga