En demanda de que se le retire la toma de nota al dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, trabajadores sindicalizados de este gremio encabezados por Omar Toledo marcharon desde las 5:30 horas de la mañana de ayer del Ángel de la Independencia al Zócalo.

Toledo, quien dirige la Unión Nacional para el Desarrollo Social de Trabajadores de la Industria Petrolera, marchó junto con decenas de agremiados de esta organización por Paseo de la Reforma, y alrededor de las 7:30 de la mañana llegó a la plancha capitalina, donde ofreció una conferencia de prensa, en la que anunció que pedirán una audiencia a la Secretaría de Gobernación y en Los Pinos para solicitar ser recibidos por el titular del Poder Ejecutivo.    

En el contexto de la movilización, el disidente apuntó que los trabajadores petroleros ya llegaron al límite y van a luchar en todas las circunstancias, a fin de que la Dirección de Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo deje sin efecto la segunda toma de nota que otorgó la dependencia a Carlos Romero Deschamps, para que prolongara su mandato.

Detalló que han seguido en el proceso legal para desconocer a este dirigente, ya que el décimo tribunal colegiado ordenó revisar el procedimiento por el que fue relecto Romero Deschamps 15 meses antes de terminar su anterior mandato, violando todos los pasos estatutarios.

También insistió en que buscarán una reunión con el presidente Felipe Calderón, a fin de que escuche a los verdaderos trabajadores petroleros, porque si realmente quiere limpiar al país, debería empezar con la corrupción que hay en muchos sindicatos.

En la movilización de ayer indicó que ha habido varias resoluciones legales que cuestionan la toma de nota de Romero Deschamps; que en el sindicato hay un caos financiero, una crisis de representatividad y una falta de liderazgo absoluta.

La finalidad que persigue esta unión es democratizar al sindicato petrolero, según aseguró Toledo y planteó que al parecer la Secretaría del Trabajo ha mantenido una política de amiguismo y alianzas con los sindicatos y líderes charros, que han permitido perpetuarse a algunos dirigentes.

En el contexto de la marcha, los trabajadores dieron a conocer que Romero Deschamps lleva en la dirigencia del Sindicato Petrolero 20 años; que sus cuatro relecciones han sido fraudulentas; que la toma de nota que tiene expedida hasta el 2018 es ilegal y que se ha seguido una política de persecución y despidos injustificados contra los disidentes.

En cartulinas que portaban los trabajadores, pedían democratización del gremio y denunciaban que ha habido pérdida del patrimonio sindical, robo de cuotas, que continúa la venta de plazas y que hay terrorismo sindical en esta organización.