Ambos bandos buscan hacerse de ventajas antes de emprender negociaciones
Sábado 2 de abril de 2011, p. 2
Ajdabiya, 1º de abril. La posibilidad de una acción diplomática y militar que abra el camino a un cese del fuego en la sangrienta guerra civil en Libia parecía ganar impulso este viernes, cuando circularon versiones de que un hijo de Muammar Kadafi intenta negociar un acuerdo.
Se dice que Saif Islam, quien ha aparecido en público como la cara beligerante del régimen durante las semanas de conflicto violento, propone un acuerdo que limitaría las funciones de su padre e incluiría a figuras de la oposición en un gobierno interino. Se celebrarían elecciones en un futuro cercano y se emprendería un proceso de reconciliación
.
Los detalles del plan no se pudieron verificar en forma independiente. Sin embargo, según fuentes diplomáticas, altos funcionarios en Occidente ven en Saif, quien supuestamente desea quedarse para desempeñar un papel constructivo
en la Libia de posguerra, una figura digna de crédito.
Sin embargo, entre los partidarios de la revolución existe un odio profundo hacia el dictador y su familia, y las demandas de represalias contra los Kadafi han ido desde juzgarlos por abusos contra los derechos humanos hasta el exilio forzado. Este viernes, el gobierno provisional opositor en Bengasi anunció que estaba dispuesto a aceptar un cese de hostilidades a cambio de que el régimen termine su ofensiva contra los rebeldes en todo el país.
Mustafá Abdul Jalil, jefe del Consejo Nacional de Transición, expresó: “Accedemos a un cese del fuego a condición de que nuestros hermanos de las ciudades del oeste tengan libertad de expresión y se retiren las fuerzas que sitian las ciudades. En ese momento veremos que todo el pueblo libio quiere libertad.
“Nuestra principal demanda –añadió Jalil más tarde– es que Kadafi y sus dos hijos se vayan de Libia. Es una demanda en la que no daremos marcha atrás.”
Sin embargo, funcionarios del gobierno provisional comentaron después que había estipulaciones diferentes para el cese del fuego y para un tratado de paz permanente. El retiro de los Kadafi es aplicable a este último.
Pese a casi dos semanas de ataques aéreos de Occidente, las fuerzas revolucionarias no han logrado avanzar contra el régimen, y la declaración de este viernes fue vista como un reconocimiento de que la victoria militar está fuera de su alcance por ahora. Un cese del fuego daría tiempo de adiestrar y armar a sus combatientes con ayuda internacional. Sin embargo, funcionarios opositores han confiado en privado que están desesperados por retomar Brega y Ras Lanuf, puertos petroleros de enorme interés financiero y estratégico, antes que se detengan las hostilidades.
Esta meta se reflejó en el campo con un cambio en el mando de la campaña: los Shabaab, combatientes voluntarios que en las semanas recientes habían estado a cargo de su caótico curso, han sido relevados por antiguos miembros de las fuerzas armadas que se han sumado a la revolución.
Otro indicio de la urgencia de la situación es que el general Bashir Abú-Gadr, quien ha ganado fama de ser uno de los pocos comandantes capaces en las filas rebeldes, dejó su cama de hospital, donde se le atendía por lesiones en el campo de batalla, para hacerse cargo de la operación de captura de Brega. También, por primera vez desde el principio del conflicto, los dos más altos oficiales de las fuerzas revolucionarias, los generales Abdel-Fatá Younis y Jalifa Haftar, visitaron el frente.
El general Abú-Gadr, quien según se cree es enlace con los diplomáticos occidentales, declaró a The Independent en la posición más avanzada de los rebeldes, a 35 kilómetros de Brega: “Idealmente me gustaría tener armas más pesadas antes de seguir adelante. Pero el consejo militar me ha dicho que es necesario sacar de Brega al grupo de Kadafi lo antes posible. Luego de eso avanzaremos sobre Ras Lanuf, y después a Bin Jawad para asegurar las rutas de acercamiento.
De hoy en adelante los militares están a cargo; hemos dicho a los Shabaab que desde hoy deben seguir instrucciones
, añadió.
También las fuerzas del régimen trataban de sacar ventaja antes de cualquier posible cese del fuego con un renovado asalto a Misurata, la cual se ha mantenido como centro de resistencia opositora.
Aun si se arregla un cese del fuego temporal, un tratado de paz permanente que incluya a Saif Islam puede resultar muy problemático. El hijo de Kadafi se ha ostentado dentro y fuera del país como un modernizador que ha intentado derribar las divisiones en la sociedad libia; entre sus logros, según él y sus partidarios, está haber persuadido al fundamentalista Grupo Libio de Lucha Islámica de abandonar la lucha armada y luego liberado a sus militantes que estaban en prisión.
Sin embargo, Selim Ibrahimi, politólogo de Bengasi, observó: “Saif Islam ha aparecido en televisión y alardeado de que la revolución será aplastada. Ahora saben que no pueden ganar, así que proponen estos planes. Pero las fuerzas revolucionarias pueden aprovechar un cese del fuego para conseguir armas de las potencias internacionales. Lo principal es que puede detenerse la violencia que cobra tantas vidas.
“Más tarde podría haber una paz permanente –agregó–, pero no veo cómo puede implicar que los Kadafi se queden en Libia. Podría haber un referendo sobre si se les permitirá tomar parte en el futuro del país y que el pueblo decida si se quedan.”
Fuentes en Londres también insistieron en que cualquier acuerdo debe satisfacer los deseos del pueblo libio. Por separado, este jueves se conocieron los primeros informes creíbles de muertes civiles ocasionadas por un bombardeo de la OTAN. La BBC entrevistó a un médico que afirmó que siete personas habían perecido en el ataque a un convoy cerca de Brega.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya