Teherán. Cientos de miles de personas festejaron el trigesimosegundo aniversario de la revolución islámica en Irán, en un acto que la dirigencia clerical aprovechó para solidarizarse con los manifestantes islámicos en Egipto. Muerte a Estados Unidos y Muerte a Israel, gritó la multitud, según el ritual de la revolución que derrocó al sha, apoyado por Washington, y que en 1979 consagró en el poder al clero musulmán chiíta. El presidente Mahmoud Ajmadineyad reiteró su visión –desafiada por sus opositores políticos– de que los levantamientos en Túnez y en Egipto, en éste contra Hosni Mubarak, son un despertar islámico similar al que emergió con la revolución iraní, incluso cuando aquellas protestas han mostrado un carácter secular. También llamó a desmantelar el régimen sionista (de Israel), que es la principal causa de todos los crímenes. Teherán no reconoce al Estado israelí.