Río de Janeiro, 11 de febrero. La policía anunció este viernes el arresto en Río de Janeiro de 22 de sus efectivos y seis civiles en el contexto de una operación conjunta con la justicia contra agentes acusados de corrupción, robos y complicidad para delinquir con narcotraficantes y milicias.

Una parte del grupo arrestado recibía unos 70 mil dólares al mes para proteger a narcotraficantes como Antonio Bomfim Lopes, alias Nem, jefe del tráfico de drogas en las favelas Rocinha, la mayor de Río, y su vecina Vidigal.

Hoy dimos vuelta una página. Es el primer paso para combatir a policías corruptos, se congratuló el portavoz del ministerio público de Río, Angelo Ferreira, durante una conferencia de prensa.

Unos 600 agentes federales y estatales participaron de la operación guillotina, con el apoyo de dos helicópteros y cuatro barcos.

Uno de los mandatos de captura fue emitido contra el comisario Carlos Antonio Luiz de Oliveira, ex subjefe de la Policía Civil y desde enero asado subsecretario de operaciones del Secretariado Especial de Orden Público. El oficial no estaba en su domicilio y es considerado como fugitivo.

El secretario de Seguridad Pública del estado de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, explicó que la operación anticrimen es el resultado de una investigación que duró más de un año.

En noviembre, la policía y el ejército lanzaron vastas operaciones contra grupos de narcotraficantes en favelas de la zona norte de la ciudad, que se saldaron con la reconquista por el estado de Río del gigantesco Complexo do Alemao, un conjunto de favelas que estuvo durante décadas en manos de los delincuentes.

Las autoridades de Río están en una carrera contrarreloj desde 2008 para pacificar la ciudad de cara al Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.

Hasta ahora unas 20 favelas se consideran pacificadas y los narcotraficantes expulsados del lugar.

La operación contra los policías corruptos se inscribe dentro de esta batalla.