Concierto en Bellas Artes de los cinco finalistas de Opera prima
Sábado 12 de febrero de 2011, p. 4
Aunque acepta que en esta sociedad de consumo nada escapa de ser una mercancía, incluidos el arte y los artistas, la soprano Patricia Santos está convencida de que su carrera profesional no dependerá de haber ganado un concurso de televisión
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La intérprete regiomontana se refiere al primer lugar que obtuvo en Opera prima: las voces del bicentenario, el primer reality show producido y transmitido por la televisión pública mexicana, por Canal 22, que tuvo lugar entre mayo y julio del año pasado, y entre cuyas secuelas figura el concierto de los cinco finalistas del certamen que este sábado ofrecen en el Palacio de Bellas Artes, a las 19 horas.
“No tengo temor de que esta situación sea pasajera; lo principal es que seguir trabajando como siempre. Al final de cuentas la ópera es para estar en el teatro y ese es el objetivo de todos los que participamos en Opera prima: cantar en los grandes escenarios”, subraya.
Damos gracias por la oportunidad que tuvimos en la televisión. Y creo que el público nos va a seguir la pista. De alguna manera pudimos tocarlo por medio de ese programa y estoy segura de que cuando todo esto se acabe seguiremos en la mente de muchos.
En entrevista previa al concierto en el máximo recinto cultural del país, los también cantantes Leticia Altamirano, Linda Gutiérrez, Alan Pingarrón y Ángel Ruz comparten la manera de pensar de su compañera Patricia Santos, y sostienen que sus respectivas carreras y futuro están muy lejos de ser un producto mediático
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Al respecto, explica Leticia Altamirano: “Los concursos son una de las etapas por las que todo mundo que se quiere dedicar a esto debe pasar. Sin embargo, estoy convencida de que depende de cada quien lo que pueda lograr profesionalmente.
“Estoy muy agradecida con las personas que nos siguieron a lo largo del programa y luego de que éste finalizó; por ejemplo, que llenaran el Auditorio Nacional en el concierto que dimos. Ahora esperamos que puedan escucharnos en Bellas Artes.
Ese concurso fue un gran impulso y debemos estar agradecidos por ello; pero hasta allí, ya cumplió su cometido, lo que venga después debe ser responsabilidad de cada uno de nosotros.
Lo que los cinco jóvenes cantantes sí aceptan a lo largo de la plática con La Jornada es la manera en que Opera prima cambió sus vidas de manera tajante. Ejemplo de ello es que Leticia Altamirano y Linda Gutiérrez decidieron abandonar sus respectivas profesiones en comercio internacional y sistemas computacionales, respectivamente, para dedicarse de lleno al canto.
Bache de la ópera en México
Por su parte, Patricia Santos, quien es diseñadora gráfica, planea estudiar una maestría en mercadotecnia, para aplicarla en la promoción
de su persona y carrera dentro del bel canto, mientras Alán Pingarrón –el único de los cinco finalistas que ha estudiado música de forma exclusiva– desea aprovechar esta experiencia para impulsar sus estudios de piano y, de forma paralela, de dirección de orquesta. Si logra esto último, sería el primero o uno de los pocos directores invidentes en el mundo.
Aunque están conscientes de que la ópera en México atraviesa por un bache muy doloroso
, estos cinco jóvenes cantantes tiene la certeza de que existen oportunidades y condiciones para desarrollar una importante carrera en el país y vivir de manera decorosa de esta profesión. Eso no significa que descarten hacer una carrera internacional.
Nuestro caso, por lo del concurso en la televisión, no es el de todos los cantantes (mexicanos); somos de cierta manera privilegiados. Pero hay que seguir generando oportunidades, este país es muy rico en términos culturales y creo que tenemos mucho futuro para seguir dedicándonos a esto, sea aquí o en el extranjero. Claro que se puede vivir de la música en México
, abunda Patricia Santos.
Además, tenemos un compromiso con el país; estoy orgullosa de ser mexicana. Como dijo (el tenor) Fernando de la Mora: la cultura es la respuesta a tanta violencia, y creo que es responsabilidad de quienes nos dedicamos a ella, en cualquiera de sus manifestaciones, seguirla esparciendo, sembrando, entre todos los estratos sociales y público de todas las edades. Sólo así podremos revertir está terrible realidad que vive ahora el país
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Sobre lo que ha significado participar en Opera prima, Pingarrón resume: Ha sido una experiencia interesante, bonita, pero a la vez, consciente o inconscientemente hemos tenido que aprender a llevarla con la cabeza muy fría, porque finalmente esto que llamamos fama puede hacer que uno pierda los pies del suelo
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