Proponen parlamentarios aprobar una excepción cultural
en la ley antitabaco
Censurar imágenes pasadas de personajes con cigarrillos, acto digno de un régimen totalitario
Sábado 22 de enero de 2011, p. 4
París. Jean-Paul Sartre, quien falleció en 1980, pronto podrá volver a fumar cigarrillos en público. Y también el gran cineasta cómico Jacques Tati tendrá permiso de levantar su amada pipa, 28 años después de muerto.
Parlamentarios franceses han votado en favor de recomendar una excepción cultural
a una ley antitabaco que ha llevado a la edición sanitariamente correcta
de imágenes pasadas de fumadores célebres. El comité de asuntos culturales de la Asamblea Nacional decidió que esa censura es digna sólo de regímenes totalitarios
y que rebasa puritanamente el espíritu de una ley de 1991 que restringe la publicidad de tabaco y alcohol.
Si, como se espera, ambas cámaras del parlamento aceptan la sugerencia del comité, ya no se amputarán los cigarrillos o pipas a las celebridades finadas que aparezcan en películas y carteles de exhibición.
El tema cobró celebridad internacional en 2009, cuando un festival realizado en París con ocasión del centenario de Jacques Monsieur Hulot Tati recibió la orden de retirar la famosa pipa del actor y director en un cartel publicitario. Los organizadores sugirieron remplazar el ofensivo objeto con las palabras Esto es una pipa
(evocando una pintura del surrealista René Magritte). Tampoco eso se aceptó, por considerarlo una promoción del tabaco. Así pues, los organizadores usaron un cartel de Tati en bicicleta y sujetando un molino de viento de juguete entre los dientes.
En 2005, el filósofo existencialista francés Jean-Paul Sartre –apóstol de individualismo y de la moralidad autónoma– fue obligado póstumamente a dejar de fumar. Un cartel para una exhibición con motivo de su centenario en la Biblioteca Nacional utilizó una célebre imagen de Sartre en la que le cuelga un cigarrillo de los labios. O más bien le colgaba, porque se lo quitaron.
Incidentes de censura
La campaña comenzó en 1996, cuando el servicio postal publicó una estampilla con la imagen del escritor André Malraux, fallecido en 1976. Le habían cercenado su habitual cigarrillo.
También en fechas recientes se han dado incidentes de censura, por ejemplo en carteles de otros célebres y ya finados fumadores contumaces, como la diseñadora de modas Cocó Chanel y el cantante y compositor Serge Gainsbourg.
La ley de 1991 prohibió imágenes publicitarias en las que aparezcan fumadores y casi todas las que presenten bebedores. Nunca se han entablado demandas por la exhibición de películas o carteles con una imagen antigua
de fumadores, pero las agencias de publicidad han impuesto la autocensura a sus clientes.
Hasta el hombre que patrocinó la ley original, el ex ministro de Salud Claude Evin, ha considerado absurda
y excesiva
la edición de carteles de Sartre y Tati. Didier Mathus, parlamentario socialista, escribió una enmienda a la ley para permitir un tratamiento más sutil
en el caso de obras culturales
que incluyan imágenes de fumadores.
En otras palabras, se mantiene la prohibición de que las tabacaleras usen imágenes de Jean-Paul Sartre para vender cigarrillos, pero una compañía cinematográfica o museo pueden usar una imagen de Sartre fumando para anunciar una cinta o una exhibición. Mathus comentó que la ley antitabaco se usaba para crear reinterpretaciones grotescas y falsificaciones históricas
propias de un Estado totalitario.
La Oficina Francesa de Tabaquismo (OFT) instó a los miembros del comité de cultura de la Asamblea Nacional a rechazar el cambio. Según ese órgano regulador, la controversia fue aprovechada por los cabilderos de la industria tabacalera para crear un hueco en la ley que podría ensancharse más adelante.
Con una sola excepción, los parlamentarios votaron en favor de la enmienda y la enviaron a las dos cámaras de la Asamblea Nacional.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya