Durante 7 años fue símbolo del terrorismo practicado por la dictadura argentina
Desocupan la Esma; reabrirá como “espacio para la memoria” y promoción de derechos
Buenos Aires, 1º de octubre. Después de años de espera, familiares de miles de desaparecidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), que ocupa un vasto complejo militar en esta capital, pudieron hoy ver totalmente desocupadas las instalaciones que pasarán a ser un “espacio para la memoria” y la promoción de los derechos humanos, “para que nunca se olvide el horror” y se entienda la necesidad de luchar por la paz.
Se calcula que a la Esma ingresaron unas cinco mil personas cuyo paradero nunca fue aclarado; otros fueron asesinados y miles más fueron víctimas del terrorismo de Estado practicado por la dictadura militar (1976-1983), en ese lugar, sometidos a tormentos de todo tipo.
Fue también la Esma un laboratorio para “quebrar” detenidos o intentar utilizarlos en un experimento similar al de los nazis en Alemania. Pero muchos de aquellos sobrevivientes guardaron detalles de los hechos y pudieron ser testigos clave para contar esas historias; incluso escondieron minuciosamente datos y fotos, como hizo Víctor Bazterra, que servirían luego en la búsqueda de la verdad y la justicia, para identificar a los mayores culpables.
Ayer salieron de la Esma los últimos cadetes que estudiaban en algunos de sus inmuebles, entre los cuales está el llamado edificio de las cuatro columnas, donde estaba el entonces casino de oficiales y en el cual funcionaron las salas de tortura, “capucha” y “capuchita”.
De allí partieron muchos de los detenidos hacia los llamados vuelos de la muerte, transportados en aviones de la misma Armada y arrojados vivos al mar. Allí mantuvieron a mujeres embarazadas hasta dar a luz, para robarles sus niños y luego matarlas y desaparecerlas. La Esma fue, es y será un símbolo del horror y del terrorismo de Estado.
El sueño de recuperación de estas instalaciones comenzó a perfilarse el 24 de marzo de 2004. Habían pasado 28 años del golpe militar que instaló la dictadura más cruenta del país, un 24 de marzo de 1976, cuando el presidente Néstor Kirchner anunciaba junto a organismos de derechos humanos la recuperación de la Esma, después de firmar con el entonces intendente de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, el traspaso del inmueble.
Ese día había fuerte tensión en el ambiente. Kirchner pidió allí perdón en nombre del Estado argentino “por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades” de la dictadura.
“No es rencor ni odio lo que nos guía. Los que hicieron este hecho tenebroso y macabro tienen un solo nombre: son asesinos repudiados por el pueblo argentino”, dijo el presidente. Antes habían hablado conmovedoramente dos hijos de desaparecidos, que habían nacido allí, recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo.
El mandatario también dio la orden de abrir las rejas de la Esma para que entraran los familiares de las víctimas y manifestantes en general. Muchos conocerían por primera vez aquel lugar, donde los suyos vivieron el infierno.
Aún había dudas entonces de si la Armada iba a dejar los edificios que ocupaba, pero ya a partir de aquel momento comenzaron a trabajar y a dar ideas todos los organismos de derechos humanos para saber qué se iba a hacer en ese enorme espacio de edificios y jardines. Aquel 24 de marzo de 2004 muchos, incluyendo el presidente, lloraron ante las rejas abiertas.
La Esma tiene 34 edificios de los que se hizo cargo una comisión de representantes de los gobiernos nacional, de la capital y del Instituto Espacio para la Memoria, que ahora se prepara para transformar el sitio en museo y centro de eduación sobre los derechos humanos.