Ineficiencias regulatorias en la operación, entre las causas, según el organismo regulador
Aeropuertos mexicanos tienen las tarifas más caras del mundo: CFC
Las terminales de Cancún, Monterrey y Guadalajara estarían en el lugar 11 entre 50 de las más onerosas, dice
Se pueden convertir en cuello de botella para la competencia, advierte
Ampliar la imagen Boeing comercial 777 de Aeroméxico en el hangar de mantenimiento del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Foto: José Carlo González
La Comisión Federal de Competencia (CFC) determinó que los principales aeropuertos mexicanos, entre los que se encuentran el de la ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Cancún, aplican tarifas que se encuentran entre las más caras del mundo, y advirtió que se pueden convertir en un cuello de botella para la competencia y el desarrollo del sector aeronáutico.
En un análisis realizado durante más de un año, para determinar las condiciones de competencia en los aeropuertos del país, el organismo regulador determinó que “en México hay evidencia de ineficiencias regulatorias en la operación de los aeropuertos, que redundan en tarifas aeroportuarias altas, en detrimento de los usuarios, que se ven obligados a pagarlas como parte del costo de cada boleto aéreo. Ajustado por poder de compra, los aeropuertos de Guadalajara, Cancún y Monterrey, por ejemplo, ocuparían el lugar 11 entre los más caros en una lista de 50 aeropuertos representativos a nivel internacional, mientras el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ocuparía el lugar 19”.
Al respecto, el presidente de la CFC, Eduardo Pérez Motta, informó que el análisis se turnó a los integrantes de las comisiones de Transportes del Senado y de la Cámara de Diputados, así como a las secretarías de Hacienda y de Comunicaciones y Transportes, a fin de que se adopten las medidas para promover la competencia entre los aeropuertos del país en beneficio de los consumidores.
Aclaró que aunque las recomendaciones de la CFC son “no vinculantes”, es decir que no tienen carácter obligatorio, se requiere la asignación de mayores atribuciones a ese órgano y, al mismo tiempo, la creación de un ente regulador no sólo para el sector aeroportuario, sino del transporte en todas sus modalidades.
Así, informó sobre la propuesta de incluir en la Ley de Aeropuertos la participación de la CFC en la asignación de futuras terminales aéreas, para prevenir concentraciones excesivas que nulifiquen las oportunidades de competencia.
Pérez Motta dijo que para lograr mejores condiciones de competencia, la CFC propone adoptar diversas medidas en tres vertientes para evitar concentraciones excesivas y garantizar la entrada de nuevos inversionistas, y no sólo la permanencia de aquellos que ya tienen una participación en el sector vía aeropuertos, aerolíneas o servicios conexos.
Aprovechar las oportunidades de competencia entre aeropuertos cercanos. “A pesar de que la escala mínima para un aeropuerto rentable es alta, existen casos en los una región presenta el potencial de mercado para hacer viable más de un aeropuerto. En estos casos es esencial que estos aeropuertos compitan entre sí, para que las aerolíneas –y por medio de ellas los consumidores– puedan elegir la opción que más les convenga en términos de precio y calidad”, precisó Pérez Motta.
Sobre la participación de la CFC en la asignación de futuras terminales aéreas, el funcionario planteó el caso de la capital del país, donde el organismo propone la “necesidad” de vender la participación del gobierno federal en algunos de ellos, para garantizar que estos aeropuertos se operen por agentes totalmente independientes. Además, indicó, la CFC seguirá vigilando en el marco de sus facultades que no se den propiedades cruzadas entre aeropuertos y aerolíneas que pongan en riesgo el proceso de competencia.
De igual forma, el análisis de la CFC dado a conocer por Pérez Motta establece el imperativo de mejorar el esquema de regulación tarifaria, dado que por el limitado potencial de competencia entre los aeropuertos, las tarifas están sujetas a precios máximos que fija el gobierno federal mediante una fórmula incluida en los títulos de concesión.
Pero esta tarea, afirmó Pérez Motta, bien podría ser encargada a un ente regulador independiente, que busque esquemas para reducir más las tarifas en beneficio de los consumidores. “Para cualquier nuevo aeropuerto, la CFC propone establecer un mecanismo de asignación que se base en el menor precio al usuario, por encima del objetivo de recaudación gubernamental”, estableció.
Por el lado de las aerolíneas, que son consumidoras de los servicios aeroportuarios, se requiere asegurar el libre acceso a cada terminal aérea y que exista competencia en los servicios ofrecidos dentro de la misma.