Con paseos de 12 horas buscan emular una alternativa de éxito en países europeos
Haciendas de Apan dejan de producir pulque para volverse puntos turísticos
Apan, Hidalgo, 1º de abril. El pulque, bebida que resulta de la fermentación del aguamiel que se extrae de la penca del maguey, y que diera grandes riqueza a esta región en los tiempos de la Guerra de Independencia y después de ésta, dejó de producirse no sin antes dejar testimonio de su paso por la historia de México a través de las haciendas donde se elaboraba de manera artesanal, luego de que los productores decidieran dar paso a la industrialización de la cebada para obtener cerveza.
Miguel Angel García, cronista de la localidad, cuenta que en "sus mejores tiempos", las haciendas pulqueras de Apan llegaban a producir cerca de 25 mil litros diarios, lo que las convirtió "en la segunda fuerza económica del país en aquellos tiempos", que se vio "aún más beneficiada durante el Porfiriato, con la llegada del ferrocarril", puesto que por la ruta México-Veracruz se transportaban al día 200 furgones llenos de la bebida".
Actualmente las haciendas San Francisco Ocotepec, Santiago Tetlapayac y Santiago Chimalpa son el marco ideal para dar impulso a uno de los segmentos del mercado turístico que comienza a dar sus primeros pasos: el turismo rural, que tiene como objetivo principal acercar al visitante a la vida del campo y a la convivencia con los que habitan esos lugares.
De acuerdo con José Luis Franco, director general de Turismo Rural de México, operadora turística dedicada a fomentar entre los turistas, principalmente extranjeros, este tipo de actividades, dijo a La Jornada, que "de lo que se trata es de abrir estos recintos para que la gente esté en contacto con la naturaleza, conozca lugares bellos y tenga la oportunidad de estar en contacto con la vida campirana".
Durante un recorrido, que inicia en el Angel de la Independencia, sobre avenida Paseo de la Reforma de la ciudad de México -y que dura 12 horas- el turista puede visitar tres recintos que "por su riqueza histórica, arquitectónica, pero sobre todo, por la calidez de la gente que las habita, son óptimas para impulsar un producto turístico que tiene gran éxito en Europa", mencionó Franco.
Las fachadas de los cascos principales de las haciendas pulqueras son la primera invitación a adentrarse en ellas. Las tres guardan una distribución similar de los espacios, cuenta don Miguelón, como llaman los lugareños al que es considerado uno de los principales cronistas del lugar.
"En el primer plano podemos ver los patios de trabajo, es decir, el lugar de más movimiento. Como si fuera una plaza pública, ahí podíamos encontrar: el tinacal (lugar donde se encontraban los toros -recipiente elaborado con la piel de este animal, en el que era depositado el aguamiel para su fermentación- y que se consideraba el más importante porque ahí se generaba la riqueza), la entrada principal a la casa de los hacendados, la iglesia y los aposentos de los peones de mayor envergadura de la hacienda", describió el guía, durante el recorrido.
La belleza de las construcciones y de lo que resguardan han llamado la atención de grandes producciones fílmicas de Hollywood, cuenta Delia López Quesada, dueña de la hacienda Tetlapayac. "En este lugar estuvo Jorge Negrete cuando hizo El fanfarrón, a lado de María Luisa Cea, Magda Allende y El Chicote, por allá de 1933. También vinieron los de la película El Zorro, con Antonio Banderas y Salma Hayek, bueno, hasta el abuelo del príncipe de Gales vino a dormir aquí una vez".
Sentados en la misma mesa, degustando la comida que la misma familia prepara para los turistas, doña Delia relata que "este lugar vio crecer a mi madre, a mí misma y a todos mis hijos", y añade que convencer a su esposo de mostrar su casa a los turistas "no fue nada fácil, pues él decía que esto era privado y yo le insistía en que no, porque se trata de un lugar bello, con mucha historia y la gente tiene derecho a conocerlo".
Sin duda, dice uno de los turistas, "esto es lo mejor de viajes como este, el contacto con las personas, no sé si sea mejor o no que ir a la playa, pero es diferente"