![]() HUGO GUTIÉRREZ VEGA MIS CÓMICOS A últimas fechas me he puesto a repasar mi historia del cine mexicano (urge que aparezca el libro que Luis Tovar dedica a la producción contemporánea). Anduve los caminos rigurosos y alegres, humoristas y exactos de Emilio García Riera y me topé de nuevo con los decretos episcopales de ese inquisidor iracundo y arbitrario que es Ayala Blanco. Ir al cine era cumplir un rito con todas sus leyes y costumbres. Las enormes salas se prestaban para toda clase de aventuras: la principal era la proyectada en esa educadora sentimental que fue la pantalla, y las eventuales tenían carácter gastronómico, pero, sobre todo, calor sexual enriquecido por el total desconocimiento de la pareja apenas iluminada por el reflejo del haz luminoso. Recuerdo que se empezaba con el roce de los brazos o de la pierna (Cabrera Infante escribió una serie de profundos ensayos sobre estos roces epidérmicos). Se paraba la acción ante el retiro de la extremidad buscada. Íbamos por la segunda y si no había huida, se incrementaba la frotación y así se continuaba el lance hasta llegar a terrenos más íntimos. Lo normal era que, siguiendo el espíritu de Último tango en París, al terminar la función las dos partes se hicieran las disimuladas y se fuera cada quien por su lado, dejando en el aire el tintineo de una sonrisa cómplice y, en el mejor de los casos, el vago aroma de un sexo apenas visitado. Algunos momentos de mi experiencia cinematográfica totalmente espontánea y, por lo mismo, carente de una guía confiable o de información más detallada que la proporcionada por las revistas de frivolidades fílmicas, quedaron grabados en mi memoria que anda ya flaqueando por el tiempo que hace... que nací. Pienso en uno de los grandes momentos del Cantinflas de verdad. Mis lectores recordarán la escena en la que le dan la noticia de la muerte de Julieta. Cantinflas-Romeo, distraído, hace una de las preguntas más sorprendentes de la historia del cine: ¿Cuál Julieta? El caso de don Mario Moreno es muy penoso, pues mató a su personaje y lo amortajó con cirujías faciales, guiones estúpidos, moralina de quinta y experiencias fatales en la cinematografía de Estados Unidos. Hace poco vi de nuevo El padrecito y, al final, me di cuenta de que no me había sonreído una sola vez. En fin... es claro que lo salvan y lo hacen inmortal sus primeras películas, su lenguaje alucinante y los rasgos de un personaje de la picaresca más pura y desatada. Estoy viendo a don Paco de la Regueira (el Don Quijote de los intentos frustrados de Orson Welles) al lado de Tin Tan y en su papel de muerto silencioso. Veo a todo Tin Tan y me apenan sus postrimerías en Chanoc o, lo que es peor, en el Capitán Mantarraya. Corro un tupido velo sobre estas decadencias y lo ubico al lado de Marcelo, Tun Tun y Vitola en tantas y tantas películas de humor originalísimo y despendolado. Entre todas ellas brillan con luz especial, Calabacitas tiernas y El Rey del barrio. Mucho representó don Germán para la cultura fronteriza pero, poco a poco, fue construyendo un personaje que trascendía el estereotipo del pachuco. Un caso parecido fue el de don Joaquín Pardavé, uno de los ilustres actores cómicos. Don Joaquín jamás se estereotipó y en cada nueva película hacía una creación en la que apenas se notaban algunos tics actorales. Fue don Venancio, el Baisano Jalil y, sobre todo, don Susanito Peñafiel y Somellera, el nostálgico del porfirismo que sabía burlarse de sí mismo y de los "valores" que representaba. Óscar Pulido es otro caso notable de comicidad que ponía en jaque (en eso era molieresco) los aspectos más solemnes del sistema y, en particular, de la familia patriarcal y autoritaria. Me gustaban los dramas y las películas de aventuras, sufría con los melodramas y me creía todo lo que sucedía en la pantalla. Fui un cinero ejemplar y un bobo de tiempo completo. De todo este caudal que dio sentido a mis domingos adolescentes y juveniles, me quedo con mis cómicos predilectos y canto con Pardavé y Sofía Álvarez (colombiana porfirizada): "los niños y las niñas juntos deben estudiar". |