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México D.F. Sábado 9 de octubre de 2004
José Cueli
Fracturas en la cohesión social
Desigualdades sociales, desempleo, insuficientes servicios de salud, vialidad, corrupción, violencia y cada vez más escasas posibilidades de escolarización, han sacudido a la población. Ante tal problemática que desborda a grupos, instituciones y partidos políticos lo que emerge son las fracturas y disoluciones entre los grupos humanos, la insuficiencia de las instituciones y del sistema; como resultado la posibilidad de cohesión social se ve amenazada, se nos va de las manos.
Ya en 1938, Walter Benjamin sostenía que la historia concebida como un discurso unitario no era más que una representación del pasado construida por los grupos y las clases sociales dominantes. Al respecto, Vattimo argumenta que debemos alejarnos de la idea de una racionalidad central de la historia, el mundo de la comunicación generalizada estalla en una multiplicidad de ''racionalidades locales", minorías sexuales, étnicas, religiosas, culturales o estéticas que toman la palabra y dejan de ser finalmente acallados y reprimidos por la idea de que sólo existe una forma de humanidad verdadera, digna de realizarse con menoscabo de la pluralidad y la diversidad.
Los grupos marginados, las minorías, los sin voz, emergen con un discurso antes nunca escuchado y tienen una repercusión en el orden social. Confrontan con lo obsoleto de muchos proyectos de nación, demandando reformas sustanciales al orden social que resultan urgentes ante el inminente resquebrajamiento de la cohesión social.
Pero, Ƒquién es ese(os) personajes(s) marginales que en lugar de emerger de la vida, parece sumergirse cada día más en las sombras, en las oscuridades, en un mundo terrorífico plagado de sombras y fantasmas, de muerte y de desesperanza, casi sin lenguaje, cuyos afectos emblemáticos parecen ser el terror y el odio, en un paisaje de vacío, de no deseo, condenado a la permanente actuación, sin capacidad para la reflexión, sin posibilidad de experimentar el contacto con otros como un verdadero encuentro interhumano, inmerso en una confusión con tintes y matices sicóticos, en el que cada despedida le resignifica una dolorosa historia de pérdidas y abandonos?
Condiciones de extremo dolor y de un ''vivir infrahumano", donde desarraigo y falta de pertenencia son las coordenadas de su horizonte. Escenario donde se viven las condiciones más desgarradoras y se escenifican y experimentan las más extremas miserias de la condición humana. Circunstancias que por ser de carácter extremo parecieran no ser posibles, ni menos reales. Sin embargo, cuando los experimentamos en nuestra convivencia con los marginales nos desbordan y las explicaciones que de ellas pudieran darse se ven raquíticas.
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