México D.F. Martes 23 de diciembre de 2003
El hecho tiene su explicación en "la miseria y el desamparo", considera Bátiz
Hallan en una gaveta del Semefo a la madre de los cuatro niños asfixiados
Según una versión, la mujer sufría depresión debido a conflictos pasionales
SUSANA GONZALEZ G.
La muerte de los cuatro niños García (un bebé de seis meses y tres menores de 3, 5 y 6 años de edad), ocurrida hace más de una semana, pero descubierta apenas el domingo pasado, parece haber sido provocada por su propia madre, a quien la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) localizó ayer, pero muerta.
El mismo día que los niños fallecieron, Dulce María García Ortega, de 24 años de edad y quien trabajaba como bailarina en un bar de la colonia Guerrero, se arrojó al paso del convoy del Metro en la estación Chabacano de la línea 2, alrededor de las 7:15 de la mañana del domingo 14 de diciembre. Un día antes, la joven había sido abandonada por su último concubino -Víctor Manuel González, a quien la Policía Judicial no ha localizado aún-, y se presume que los problemas con su pareja la deprimieron y provocaron que decidiera asfixiar a sus hijos -dos niñas y dos varones- y suicidarse después.
El cuerpo de la joven permaneció desde entonces en el Servicio Médico Forense (Semefo) y las pistas fundamentales que la PGJDF encontró para esclarecer el crimen fueron tanto un llavero con las fotos de los niños que llevaba consigo Dulce María cuando falleció, como la toma de sus huellas digitales, pues se comprobó que la del pulgar derecho correspondía a la credencial de elector encontrada en su casa.
Los testimonios de vecinos y conocidos de Dulce María, recabados por las autoridades, refuerzan la hipótesis de que Dulce María asfixió a sus hijos con una almohada y posteriormente abandonó el pequeño departamento donde habitaban, el número dos del edificio localizado en el 121 de la calle Antonio Solís, colonia Obrera.
Cuando salía del inmueble, la joven se topó con una vecina alrededor de las 6:45 de la mañana y le comentó que iba al "Metro Jamaica", pero la estación Chabacano era la más cercana a su casa. La vecina le preguntó entonces sobre el recién nacido, pero Dulce María respondió: "está dormido y ya no va a despertar", reveló Carlos Manuel Gurrea Magos, titular de la Fiscalía Desconcentrada de la PGJDF en la delegación Cuauhtémoc.
Ya desde el domingo, la primera inspección ocular del departamento realizada por los peritos de la procuraduría descartaban la hipótesis de que los menores fallecieron por inhalación de gas butano y ayer el director del Semefo, Rodolfo Rojo, corroboró que murieron asfixiados.
Todavía por la mañana, las autoridades desconocían que Dulce María se encontraba muerta, aunque sobre ella recaían las principales sospechas sobre el crimen y el procurador capitalino, Bernardo Bátiz, consideraba que el hecho tenía "explicaciones en la miseria y el desamparo", pues se trataba de una mujer muy joven, pero ya con cuatro hijos y problemas de pareja.
Es, dijo, "una cosa terrible; típica también de estas épocas, de las fiestas, de la familia. Una joven que tan rápido tuvo tantos niños y que, según los vecinos, también había tenido problemas con su concubino. ƑQuién le tendió la mano a esta mujer? Hay muchas organizaciones y organismos privados y públicos de apoyo y por lo visto ella no acudió a ninguno". Trascendió además que el cuerpo de la joven presentaba moretones en varias partes del cuerpo, producidas días antes de haber sido arrollada por el Metro.
La madre de Dulce María y uno de sus concubinos anteriores (padre de uno de los niños) se presentaron al mediodía en el Semefo, donde corroboraron plenamente la identidad de la joven bailarina y sus cuatro hijos.
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