Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 29 de septiembre de 2002
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Mundo
Bush y Tony Blair no lograron convencer a Rusia para que se sume a la embestida

Miles repudian en Londres y Roma amenazas de guerra de EU contra Irak

Una agresión a Bagdad hundiría al mundo en un grave conflicto, advierte un legislador británico

Estados Unidos, democrático en lo interno y fascista externamente: investigador Johan Galtung

DPA, AFP, PL Y REUTERS

Londres, 28 de septiembre. Unos 250 mil británicos se manifestaron hoy en las calles de Londres en repudio a las amenazas de una guerra estadunidense-británica contra Irak al grito de "no queremos sangre por petróleo", al tiempo que más de 100 mil italianos protestaron en Roma contra los planes bélicos del presidente George W. Bush.
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Diplomáticos británicos y estadunidenses no lograron convencer al gobierno ruso de sumarse a una nueva resolución del Consejo de Seguridad impulsada por Washington y Londres, la cual pretende im-poner un plazo de siete días para el regreso de los inspectores de armas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sin restricciones de ninguna clase, con acceso incluso a los palacios de gobierno de Bagdad y bajo la amenaza de ataque militar en caso de no aceptarse.

El documento exige además a los inspectores entregar su primer in-forme en el plazo de un mes.

"Con esta manifestación estamos enviando un mensaje a todo el mundo de que Tony Blair no representa al pueblo británico", declaró entre los manifestantes el diputado laborista, Jeremy Corbyn.

Su colega Tam Dalyell advirtió a Londres que una invasión militar a Irak hundiría al mundo en el conflicto más peligroso desde la crisis de los misiles con Cuba en 1962.

"Paren la guerra", "No queremos sangre por petróleo" y "Libertad para Palestina" eran algunas de las consignas de los manifestantes, que la policía contabilizó en unos 150 mil, mientras que los organizadores estimaron que eran entre 250 mil y 400 mil.

Cruzada con olor a petróleo

La marcha partió de Trafalgar Square, avanzó a lo largo de Westminster, pasó por la zona del barrio oficial de Whitehall, donde se ubica Downing Street, la residencia de Blair, y culminó en Hyde Park.

En esta marcha estuvieron presentes varios diputados y personajes como el cineasta británico Ken Loach, quien señaló que "no podemos participar en esta guerra, no podemos imaginar matar a 100 mil iraquíes sólo para defender los in-tereses petroleros de Estados Unidos y su dominio en la región".

También se unieron a la manifestación -convocada por la Coalición contra la Guerra y la Asociación de Musulmanes de Gran Bretaña- el alcalde londinense, Ken Livingstone, y el ex inspector de desarme de la ONU Scott Ritter, quienes dijeron que el informe de Blair sobre la supuesta capacidad armamentista iraquí no justifica ningún ataque contra Bagdad.

Para analistas políticos, esta ma-nifestación da una idea a Blair de lo que le espera a partir de este domingo durante el Congreso de su Partido Laborista en Blackpool, donde sindicatos y militantes anunciaron que protestarán por el respaldo británico a las amenazas es-tadunidenses de atacar a Irak.

En Roma, miles de personas respondieron a una convocatoria de los comunistas italianos contra las amenazas de guerra de Washington sobre territorio iraquí, cuyos organizadores estimaron atrajo a más de 100 mil manifestantes.
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Un ataque contra Irak se tornará en "una guerra de los países ricos contra el sur pobre del mundo", advirtió el líder comunista Fausto Bertinotti, quien condenó "la nue-va arrogancia de Estados Unidos" y la "política de neoimperalismo".

Los beneficios del sistema

Para el investigador noruego Johan Galtung, la nueva política internacional de Estados Unidos hace que se convierta en "un país geofascista", porque busca imponer un sistema económico por sobre el valor de vidas humanas.

No es una "contradicción que un país que sea democrático en el interior sea fascista a escala internacional", y "al fascismo lo defino por la violencia... si se busca imponer ob-jetivos políticos sacrificando un número indeterminado de vidas humanas", acotó el fundador del Instituto Internacional de Investigaciones por la Paz, de Oslo.

Recordó que "todas las intervenciones militares" de Estados Unidos han tenido como fin "asegurar beneficios para el propio sistema económico", y estimó que desde la Segunda Guerra Mundial las víctimas de las intervenciones militares se ubican entre "12 millones y 16 millones de personas".

En el caso de Irak, resaltó, los intereses de Washington están en las reservas de petróleo de ese país y de los vecinos, de modo que pue-da dominar así "la estratégica re-gión caucásica, ya que desde allí se controla toda Euroasia y quien controla Euroasia controla el mundo".

Así, mientras Estados Unidos y Gran Bretaña insistían en imponer una nueva resolución a Irak, Rusia reiteró su postura de un regreso inmediato de los inspectores de la ONU sobre el actual formato ya aceptado por Irak.

Bush insistió en su programa de radio de hoy que "el peligro es grave y va aumentando", porque el gobierno de Saddam Hussein po-dría ser que algún día le dé a algún grupo terrorista ántrax o gas nervioso VX o algún arma nuclear.

Por último, Australia ratificó su apoyo para que el Consejo de Se-guridad emita una resolución que emplace a Irak a aceptar el regreso de los inspectores de armas o se use la fuerza en su contra, mientras alrededor de 3 mil australianos se manifestaron en Sydney contra los aprestos bélicos estadunidenses.

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