Lunes 7 de enero de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Semanálisis

Verano 2002

n Horacio Reiba

Saltando sobre la eterna discusión de por qué diablos ha de llamarse "Verano" un torneo de futbol que transcurre entre invierno y primavera -para ser directivo en México nadie está obligado a haber cursado la primaria-, metámonos de lleno al certamen recién inaugurado, cuya incógnita para nosotros más viva estriba en el cambio de talante del Puebla de la Franja, ahora bajo la conducción de Tomás Boy, excelso jugador en otro tiempo y controversial DT hoy día, que estuvo alejado del futbol profesional un par de años y ahora vuelve, esperemos que más maduro y sereno que cuando optó por el receso. Luego de un paso tormentoso por las bancas y los campos de entrenamiento de Morelia y Monterrey. Tiene en contra la medianía del actual plantel del Puebla, y a su favor la simpatía del hincha y el discretísimo nivel de los clubes mexicanos en general.
Grupo I: Cruz Azul, Guadalajara, Atlas, Monterrey y Celaya. Uno pensaría que Cruz Azul es aquí el amarrado, y que el resto está emplazado a disputar el otro boleto a la Liguilla. Pero la imagen de los cruzazulinos quedó muy desteñida el sábado -dominados de calle por un Celaya sin idea de cómo meter la pelotita en el arco-, un mar de dudas navegado esa misma noche por el Atlas del "Ojitos" Meza, que uno pensaría como el más probable segundo en discordia, pues el Guadalajara lleva años metido en el laberinto -culpa de una directiva de juguete-, y cajeteros y regios no parecen estar para cosas serias. En todo caso, grupo parejo.
Grupo II: Toluca, Santos, Morelia, Veracruz y La Piedad. Rojos y laguneros presumen aquí de buenos y más que probables finalistas, con Morelia a la caza de descuidos y dos candidatos al descenso como complemento de la lista. Llegados a este punto de la discusión, mayor debilidad puede suponérsele a La Piedad que al apócrifo y flamante Tiburón Rojo, de victoriosa reaparición en sus propias aguas. Con todo, el hándicap a favor de los dos primeros es muy marcado. Morelia posee oficio pero anda corto de audacia: ya lo vieron empatar el sábado jugando contra sólo nueve Tigres en el Volcán. Además, debe jugar la Libertadores, inconveniente compartido con el América.
Grupo III: Necaxa, Atlante, América, Tecos, León. Un grupo muy a modo para los de Televisa -pregunta para iniciados: ¿son dos o tres?-, con tapatíos y leoneses claramente en plan de comparsas. Lapuente asegura tener ya lista su fórmula para revivir muertos, y entre quienes dirigen a los otros dos viejos rivales capitalinos, Reynoso podría ser representado por una inmensa lengua y Arias por un simple zipper. Por plantel, América y Atlante; por seriedad y trabajo, Necaxa.
Grupo IV: Tigres, Pachuca, Puebla, Pumas. Difícil papeleta debe resolver la Franja, con campeón y subcampeón últimos como rivales a vencer. Y es que no se comerán a nadie, pero Pachuca y Tigres son equipos probados, bragados, hechos y derechos, al revés de unos Pumas sin dientes. Habrá que ver qué aportan a la Franja Markus López a medio campo y el boliviano Coimbra adelante, a sabiendas de que ha estado en zona de definición la debilidad mayor del cuadro de casa. Boy gusta de insuflar coraje a sus dirigidos, la duda estriba en si habrá aprendido a distinguir entre el carácter como efectivo recurso para motivar, y la pérdida del control personal que crispa y confunde más a los suyos que a los de enfrente. Esperamos un DT maduro y sobrio, no al Boy pararrayos de las iras federativas y las venganzas arbitrales.