Lunes 7 de enero de 2002 |
| Maestros ¿De lujo? n Gustavo Santin Nieto |
| El último día del
mes de diciembre del año que feneció, que por cierto lo
era también del año y del período ordinario de
sesiones de la Cámara de Diputados, nos pilló con una
desagradable noticia. Los diputados, los representantes
¿del pueblo?, sus empleados, sus ¿trabajadores?,
depositarios de la soberanía nacional le habían dorado
la píldora. Mientras que los ingenuos contribuyentes se encontraban pendientes de una reforma fiscal, que proponía gravar con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a alimentos, medicinas y educación a la que se oponían mayoritariamente con justa razón, ellos, los diputados, en lo obscurito, cual caterva de ladrones o mafia siciliana, o yorkina o de cualquier otro epítome, se organizaban para repartirse el territorio, la hacienda, el botín, cedían todo a favor a las propuestas del partido del presidente con tal de quedarse con algo. ¿Y sus representantes? Bien gracias, todo fuera, magnánima justificación populachera, por el bien de la patria, por dotar con recursos frescos a una administración, del presidente Fox, para que éste pudiese cumplir con sus promesas de campaña, que no con un programa nacional, como si él hubiese señalado cuando todo prometía que para lograr el tan cacareado y demagógico cambio ¿democrático? que tendría que modificar la base impositiva porque de otra manera, brillante explicación, era imposible lograrlo. En fin, que cambiaron su reino por un plato de lentejas y pretendieron engañar al pueblo con cuentecitas de cristal sin querer darse por enterados de que pasados sus alegres festines, el pueblo, a quien deben su posición como sus representantes, habrá en las urnas de cobrar afrentas, aunque en esto pagarán autores, cómplices y pretensos omisos y mientras tanto, quien los contrata esperará ávido por quien realmente cumpla con sus compromisos. Pero, y en el colmo de los disparates, al pretender realizar su papel de tapetes y dotar con mayores recursos a quien no ha sabido administrar la pobreza, el incremento adicional a los artículos suntuarios autorizado por la Cámara de Senadores, entre los que se encuentran las computadoras con valor mayor a los 25 mil pesos y diferentes tipos de telefonía, permite valorar el carácter de las prioridades ¿Pues no que la actual administración pretendía que al finalizar su período, nuestro país, México, la República formado por los Estados Unidos Mexicanos, compitiera en el rubro educativo con las naciones más desarrolladas y que la educación alcanzara parámetros internacionales? ¿Que no existe en el programa de transición del sector educativo, elaborado por connotados educadores, un rubro específico, lo mismo que en el programa del sector 2001-2006, dedicado al fomento de la tecnología como insumo para combatir vicios y carencias? ¿Que no, independientemente de su costo, la computadora es una herramienta básica para que cualquier estudiante obtenga competencias laborales indispensables en un mundo globalizado?. No cabe duda, el impuesto adicional está de lujo. |