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Jueves 3 de enero de
2002 |
n Obligado, adecuar la normatividad electoral para garantizar equidad y transparencia |
La renovación total o parcial del IET será decisión del Congreso del estado |
q Los integrantes del Consejo General, de acuerdo con los puntos de vista de Patricio Lima n Conviene a los partidos un árbitro imparcial |
Juan Luis Cruz/ Fabián Robles n |
Pese a los errores
que pudieron existir en la organización y calificación
de los comicios locales de 2001 por parte del Consejo
General del Instituto Electoral de Tlaxcala (IET), los
partidos políticos deben definir si quieren mantener un
órgano imparcial y ciudadano para sancionar estos
procesos, o regresar al "árbitro" que hasta
hace seis años se tenía plagado de irregularidades con
determinaciones partidistas, sostuvo el secretario
general de este órgano, Guillermo Aragón Loranca. Por este motivo, las 11 fuerzas electorales con registro en la entidad, y entre ellas las seis con representación en la LVII Legislatura, alejadas de los intereses políticos y sin "apasionamientos", deberán evaluar el trabajo del IET y determinar si procede la renovación total o parcial de los integrantes del instituto. Al continuar con el balance del trabajo realizado por el IET para la contienda, mediante la cual se renovó el Congreso del estado así como 60 ayuntamientos y alrededor de 340 presidencias de comunidad, Aragón Loranca enfatizó que los próximos legisladores locales tendrán en sus manos el futuro de la vida democrática del estado, pues además de la reestructuración que pudieran realizar de este órgano, también están obligados a adecuar las normas electorales para garantizar la equidad, justicia y transparencia de cualquier contienda electoral. En este contexto, refirió que uno de los aspectos que incidió en el trabajo de los consejeros electorales, y de la estructura del IET fue el proceso en que se encuentra el instituto, pues busca la ciudadanización, hecho que cuando se concrete garantizará la imparcialidad y erradicará los sesgos que se tenía. Sin embargo, este proceso no ha sido fácil, pues la ciudadanización del IET tiene otra contraparte fuera del instituto que todavía no se logra concretar -y que es la más importante-: asegurar que los partidos políticos y la ciudadanía acepten jugar con las mismas reglas, pues "aún no aceptan esta determinación; mientras no podamos jugar con las mismas reglas, habrá problemas electorales en la entidad", como sucede aún en los comicios del año pasado. Aragón Loranca enfatizó que algunos actores de la sociedad, así como los partidos, no han entendido que el papel de un órgano ciudadanizado como el IET es ir en medio y no favorecer ni perjudicar a nadie por su propia voluntad, sino sólo aplicar la ley, que "luego la interpretación de la misma es donde se estanca el trabajo, es normal, ya que es parte del proceso". -¿En qué tiempo podría concluirse esta etapa de transición y aprendizaje para lograr la total ciudadanización del IET? -Es difícil determinar esto, pues es complicado decir qué tiempo van a tardar los partidos políticos de Tlaxcala en entender un árbitro imparcial. En el momento en que los partidos digan: ya vi que tenemos un árbitro electoral que no favorece a los partidos, se darán cuenta que ése es el instituto que más les conviene. Pero esta no es la solución final a este proceso que en sí mismo es complejo, considera Aragón Loranca, ya que también depende de la sociedad; "es un proceso de educación para que la gente empiece a entender lo que es la ciudadanización y el papel que tiene un árbitro como nosotros, pues sólo de esta manera lograremos mayor certidumbre en la calificación de los comicios". Por este motivo, consideró que al inicio de este proceso se vivió situaciones inéditas en torno a resolutivos del IET, los cuales afectaron también el desarrollo de los comicios, como fueron los casos de la integración de los Concejos Municipales, de las listas nominales y hasta la impugnación del nombramiento como consejero de Miguel González Madrid. -Al inicio del proceso hubo reveses jurídicos electorales en contra del IET, ¿qué sucedió? -En esto hubo de todo, sin querer culpar a nadie, ya que se presentaron situaciones inéditas que rompieron con el referente de 1998, como fue la integración de los Concejos Municipales, en donde se aplicó el mismo procedimiento de aquella ocasión y en el que, además de que todos los partidos estuvieron de acuerdo, dio buenos resultados, pero por lagunas en el código nos lo revocaron, determinación que fue la más grave para el instituto. Otro caso que también nos afectó, aunque no fue competencia del IET, fue el juicio de revisión constitucional en contra del consejero que había nombrado el Congreso, Miguel González Madrid, así como la integración de las listas nominales, misma que fue impugnada por el PRI y ratificada por el TET, en torno a la distribución de votantes por casilla, hechos que retrasaron de manera operativa el trabajo del instituto. Pero estas determinaciones, para el secretario general del IET, en ningún momento fueron vistas como derrotas o reveses en contra del Consejo, sino "como otro punto de vista que teníamos la obligación de acatarlo en ese momento, de ahí la necesidad que tenemos en el instituto, así como todas las fuerzas electorales, por adecuar las leyes correspondientes". -Hasta ahora, éstas han sido las atenuantes que tiene el Consejo general del IET, pero ¿las divisiones y los intereses de grupos que existen al interior del IET también afectaron? -Las diferencias al interior del IET entre grupos y consejeros existen, pero como es un órgano colegiado, la nueva relación entre democracia y ciudadanización debe darse al interior del instituto, por lo que cada quien defiende su interpretación del código y de las leyes, pero son estas diferencias las que siempre nos hacen llegar al consenso, lo cual ayudó a sacar este proceso. No obstante esas diferencias, aseguró que en la pasada contienda los intereses personales o de grupo -que pudieran existir- siempre fueron superados por el trabajo en la búsqueda de consensos para garantizar la equidad y la transparencia en este proceso. En este sentido, descartó cualquier posibilidad de que el presidente de ese órgano, Patricio Lima Gutiérrez, haya actuado en algunas ocasiones de manera unilateral y protagonista y que sus enfrentamientos con el Ejecutivo estatal haya afectado el proceso, pues "él es la cabeza visible en esto y su responsabilidad es interpretar el sentir del instituto y manifestarla al exterior de manera autorizada". Sin embargo, los matices de las palabras de Lima Gutiérrez y sus actitudes utilizadas en este proceso, considera Aragón Loranca, pudieran haberse tomado de forma negativa entre los actores políticos y la sociedad, pero "que éstas hayan influido de manera negativa en el proceso, nunca lo fue, porque los integrantes del Consejo estábamos de acuerdo en el fondo de los puntos de vista de Patricio, tal vez no en la forma". A pesar de ello, reitera que al interior del IET nunca la figura del presidente fue determinante en la toma de decisiones, ya que siempre hubo consenso, sobre todo en el rechazo a la participación del gobernador Alfonso Sánchez Anaya y de cualquier autoridad constituida en el proceso electoral, pues "esta postura siempre fue manejada a manera de exhorto, y nunca como orden o amenaza, porque finalmente no hay nada escrito que establezca alguna sanción por la actitud asumida por el mandatario, así como por otros funcionarios, por lo que es aquí donde entran las reglas de civilidad". Pese a estos imponderables, Aragón Loranca asegura que un signo inequívoco del buen desarrollo de este proceso es que no existen conflictos postelectorales como lo hubo en otros comicios, ya que la mayoría de las controversias y discusiones electorales entre candidatos y partidos se han resulto a través de las autoridades y órganos competentes. Empero, sostuvo que esta actitud no podría definirse si obedece a la confiabilidad que ya existe por la participación del IET en los procesos, o por que existe una mayor conciencia de los actores políticos de que ya existen otras formas y caminos mediante los cuales se puede hacer valer las irregularidades. Ante esta realidad, puntualiza que es necesario incrementar la credibilidad en los órganos electorales, para evitar el retroceso electoral y que en el futuro cualquier discusión o inconformidad se dirima por medio de actos que violen la ley, por lo que "en la medida en que las instituciones como el IET y el tribunal en la materia resuelvan estos conflictos con forme a la ley, esta confianza irá creciendo". |