Don Rodolfo, le
sugiero leer a quienes piensan diferente, y gracias por
la diversión. Lástima que haya sido tan corta y que su
concepción sobre el debate consista en lanzar diatrabas
a quienes considera sus adversarios y no discutir sobre
conceptos, historia o aspectos de relevancia social. El jefe del gobierno del DF ha anunciado su
decisión de llevar a cabo una obra monumental
consistente en la construcción del segundo piso del
periférico y el viaducto, por lo cual ha recibido
innumerables críticas, la mayoría de ellas
injustificadas. En consecuencia en la presente se trata
algunos aspectos que podrían resultar relevantes al
proyecto.
Este proyecto es una situación adecuada para llevar a
cabo una consulta ciudadana entre los ciudadanos del
Distrito Federal, que tan buen criterio mostró en la
deliberación sobre el incremento en el costo del pasaje
del metro, a pesar de que no fueron debidamente
informados. Desde luego que ahora sí se debería
proporcionar información suficiente a la ciudadanía,
para que tome la decisión correcta. Explicación que
debería incluir el costo de obra, la procedencia de los
recursos con los que se financiaría y de su costo, las
molestias que resultarían en su construcción, el tiempo
de su edificación y algunos otros aspectos relevantes.
Pues aunque "en la ciudad de la esperanza, los
compromisos (sí) se cumplen", no como el Presidente
Fox quien no presentó compromisos, sino sólo una serie
de slogan de una más de sus campañas publicitarias,
demostrando que los políticos no tienen palabra, o
cuando menos los del PAN no.
Esta obra podría ser monumental y tener efectos sociales
de gran envergadura, si su destino fuera el transporte
masivo de personas, de tal manera que con ésta se
redujera el costo, en tiempo y en recursos, de tal
transporte público de personas en el Distrito Federal.
Pues si como aparentemente se pretende esta obra se
destina al servicio de autos particulares, el problema de
contaminación que sufre el Distrito Federal, no recibiría
más que otro paliativo y en el largo plazo se crearían
problemas en la gran urbe, con un costo muy alto para las
generaciones futuras.
La actitud del gobierno de López Obrador es magnífica,
pues ha mostrado una verdadera solidaridad republicana
con el pueblo al no incrementar los salarios de los altos
funcionarios, y el gasto corriente, y no como el
presidente Fox que ha enseñado lo contrario, empezando
por él mismo con gastos suntuarios en toallas, sábanas
e incrementos en su propio salario en más del cien por
ciento (en sólo un año), mientras que al salario mínimo
se pretende otorgar este año sólo un incremento de dos
pesos diarios (4 por ciento). Francamente, una gran
diferencia de actitud entre estos dos gobiernos, unos del
partido de la democracia y otro del partido del "cambio"...
de virrey.
Feliz año 2002, claro, eso será posible sólo si los
tecnócratas que nos gobiernan deciden hacer algo por el
pueblo y no sólo para los de su estirpe.
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