Ť Estrenan hoy el espectáculo coreográfico La llamada en la Casa del Lago
Catorce cuadros del pintor Delvaux cobran vida con la magia de la danza
Ť Seis bailarinas y dos actores, dirigidos por Rocío Becerril, recrearán la atmósfera onírica y erótica de las obras del artista belga Ť Música ecléctica y silencio detonarán el movimiento
LUIS HERNANDEZ NAVARRO
El espectáculo coreográfico La llamada, que hoy se estrena en la Casa del Lago, es la primera parte de un proyecto ambicioso que concluirá en dos años. La segunda fase profundizará el movimiento y utilizará el video en escena.
La obra es, en mucho, resultado del esfuerzo colectivo. Actores y coreógrafas discutieron las pinturas y efectuaron un trabajo de sensibilización alrededor del tema. Comenzaron entonces a montar los cuadros improvisando a partir de indicaciones precisas sobre gestos y calidades de movimientos. Aunque son un colectivo rescataron las posibilidades del solo.
El drama que -como creía Delvaux- podía expresarse mediante la pintura sin que ''ésta dejara de ser plástica'' se transmutó en danza, en acción que tiñe y facilita una respuesta dramática: gesto y movimiento. Finalmente, y después de un trabajo intenso, el lienzo coreográfico adquirió forma.
Una forma que tiene cuerpo femenino. ''La mujer -dice Rocío- es el acontecimiento sensible de la pintura de Delvaux. Y es al mismo tiempo la fuente de la sensualidad desplegada a lo largo de su obra.'' Dueñas del campo de batalla, soberanas de su cuerpo, las mujeres de La llamada batallaron para traducir el silencio de la pintura de Delvaux al silencio de la danza, para volverse simultáneamente imagen plástica y movimiento.
El nuevo Génesis
Si
Delvaux se hubiera propuesto restriñir el libro del Génesis
muy probablemente habría hecho nacer a Adán de la costilla
de Eva, y los habría hecho entrar al paraíso después
de morder la manzana del bien y del mal. Sus pinturas giran alrededor de
mujeres llenas de un fino erotismo, usualmente desnudas o al menos con
el torso descubierto y frondosas faldas, muy probablemente inalcanzables,
y de hombres elegantemente vestidos que parecen estar en otro mundo o,
al menos, no enterarse del que transcurre frente a sus ojos. No en balde
el cardenal Roncalli tuvo a bien censurar la muestra Crucifixiones expuesta
durante la Bienal de Venecia en 1954.
Inspirado por James Ensor, René Magritte y Giorgio de Chirico, lector minucioso y apasionado de Julio Verne (personajes de Viaje al centro de la tierra aparecen en su obra), de acuerdo con Mario Vargas Llosa la más importante experiencia de Delvaux ''debió de ser descubrir que, debajo de aquellas abrigadas ropas que las cubrían, las mujeres tenían unas caderas, unos muslos, unos pechos, un cuerpo que cifraba, mejor que ningún objeto, aquello que los surrealistas andaban persiguiendo con esplendorosos sustantivos: lo mágico, lo maravilloso, lo poético, lo intrigante, lo turbador, lo fantástico. Ellos lo buscaban; él lo encontró.''
Por ello La llamada gira alrededor de lo femenino. Según Rocío Becerril las mujeres de Delvaux ''se mueven libres y desnudas en espacios metafísicos. Caminan, se abrazan, se miran, se estacionan, se abandonan, se tocan''. Y recreadas en esa danza son ''vírgenes lascivas, ni diosas puras, sensuales y sexuales''. Por eso en el espectáculo las bailarinas se abrazan, se tocan, se miran, circulan, recrean la tensión de la soledad y el vacío. Por eso las sugerencias eróticas y afectivas entre ellas son tan fuertes, mientras que los hombres parecen salir sobrando. Por eso los caballeros ignoran o fingen ignorar la belleza a su alrededor. El género marca la diferencia de las miradas, las coloca en planos diferentes.
''Instaladas en un mundo que no es real, un mundo de estaciones de trenes que nunca parten, de marcos de puerta falsos, de arquitectura griega postiza -añade Rocío- su erotismo las vuelve real.''
En el Bosque de Chapultepec
El fantasma de Delvaux se hará presente en el estreno de La llamada en la Casa del Lago hoy, y durante las funciones de los días 1o., 7, 8 y 14 de diciembre y 11, 12, 18, 19, 25 y 26 de enero.
Cosa de los cuerpos, asunto de desnudos como expresión de soberanía y belleza, los 14 cuadros del pintor montados como coreografía presentan un universo poblado de mujeres que, como su autor, están en tránsito fantasmal. En Chapultepec conviven nuevos fantasmas.