VIERNES 30 DE NOVIEMBRE DE 2001
Ť No nos han derrotado
Retomaremos las tierras cuando EU se vaya, afirma mullah talibán
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Frontera Afgano-Paquistana, 29 de noviembre. Estaba sentado en el suelo de una habitación de techo de madera, amplia y fría, con la espalda recostada en la pared. Llevaba un chal gris bordado enrollado sobre su turbante negro y sus grandes ojos observaban cansinamente al visitante.
"Soy asesor de los Ancianos Talibanes de Kandahar", fue como pidió ser descrito. Le podría llamar mullah Abdullah, aunque este hombre graduado en una escuela religiosa, la madrassa de Sheikh Hassanjan, en Kohat, es conocido con otro nombre y ocupa un lugar mucho más importante en la jerarquía talibán.
El mullah sufría un acceso de gripe, provocada por una corriente de aire incesante que recorría la gran casa familiar de paredes de adobe al pie de las montañas.
Es dura la derrota.
Así son las palabras en este clima frío. "La gente cree que hemos sido vencidos porque hemos perdido a muchos de nuestros hombres", concede Abdullah.
"Pero nuestros hombres perdieron sus vidas en el martirio, por lo tanto han logrado la victoria. Por eso no pensamos que nos han derrotado. Hemos perdido algo de territorio en manos de mister Rabbani (el presidente de la Alianza del Norte), quien estuvo ahí antes (entre 1992 y 1996). Pero cuando los estadunidenses se vayan a su casa, tomaremos las tierras de nuevo''.
Era una voz auténticamente de Kandahar. Y quién sabe, dados los asesinatos y el pillaje que se están produciendo en las áreas controladas por la Alianza del Norte, si no vaya a ser cierto.
El mullah acaba de llegar del pequeño califato conquistado por los talibanes; ha caminado durante seis horas a través del desierto para evitar los sobrevuelos de aviones estadunidenses alrededor de Takhta Pul, y va a pasar la noche en su casa familiar antes de regresar a Kandahar, es un hombre abnegado o un hombre que ha decidido ya irse a las montañas.
Los estadunidenses han asegurado solamente una pequeña franja de aire a más de 60 millas de Kandahar, añade, un lugar sin importancia.
"Pero los estadunidenses no vinieron aquí por Osama Bin Laden, esa no es su razón principal. Están aquí porque no quieren que un país funcione bajo el sistema legal islámico. Quieren un gobierno que haga lo que ellos quieran".
El mullah Abdullah parece desinteresado en la estrategia de la guerra. Tenía un puesto en el Ministerio de Defensa talibán en Kabul, los árabes eran empleados para dar mantenimiento a los vehículos... pero ante cualquier pregunta militar uno recibe una respuesta teológica.
"Incluso ahora los estadunidenses no tienen éxito en encontrar a Osama Bin Laden y su Al Qaeda. Para nosotros no han conseguido su objetivo, Osama es un musulmán, y un musulmán de otro país es un hermano. En lo que respecta a nosotros, vamos a pelear en las montañas como guerrilleros si perdemos Kandahar, y si alcanzamos el martirio, eso será la victoria".
Parte de un texto religioso
Empecé a entender al religioso. La victoria se alcanza con el éxito y la victoria viene de la derrota.
"Los afganos -observaba pomposamente el teniente coronel Alexander Burns, en 1841- no son deficientes en las facultades imaginativas y pueden ser tomados fácilmente como la prueba de que la invención precede al juicio".
Ahora para el mullah Abdullah, la historia, la política y la derrota son parte de un texto religioso.
"Una hadith del sagrado profeta dice que es un derecho de los musulmanes hacer la jihad (guerra santa). El talibán comenzó su existencia en un diminuto poblado, porque no es necesario para nosotros gobernar en todo Afganistán. Fueron solamente unos pocos talibanes los que comenzaron todo esto", afirma.
Agrega: "Desde el principio nos dimos cuenta de que era suficiente. Nunca nos preocupó qué iba a suceder al ganar 95 por ciento del territorio afgano. Por eso no nos preocupa la tierra que hemos perdido. El régimen talibán no quiere territorio en ese sentido, nuestro principal propósito es convertir al Islam a la gente. Si nuestra gente regresa y reconquista esta tierra, será una victoria. Si nos matan intentándolo, seremos mártires y eso será una gran victoria para nosotros también".
Este argumento circular puede llegar a aturdir. Los talibanes han ejercido un "sistema islámico" en Kabul, pero aunque eso sólo ocurra ahora en Kandahar es para una victoria. Sólo ocasionalmente asoma el gu-sano de la duda en la conversación con el mullah Abdullah.
"El tiempo dirá si podemos mantener Kandahar o no, pero nosotros hacemos nuestro mejor intento".
Eso podría haber sido el editorial de un periódico del régimen talibán, en el caso de que no hubieran cerrado los periódicos y la televisión. "Si nos echan de Kandahar, iremos a las montañas e iniciaremos una guerra de guerrillas como hicimos con los ru-sos", asegura.
Intenté argumentar que los estadunidenses no son los rusos, que no se trata simplemente de una repetición de la historia, que los talibanes más que combatiendo contra fuerzas estadunidenses están combatiendo a sus compatriotas afganos, esta vez apoyados por Estados Unidos desde el aire.
Pero este argumento, en realidad, no sirvió de nada.
"Moriremos defendiendo nuestra tierra", siguió repitiendo el mullah Abdullah. Es lo que dijo el talibán antes de la caída de Mazar-e-Sharif, Kabul y Kunduz. Y ahora lo dicen ante Kandahar.
Traducción: Guiomar Rovira
Copyright: The Independent