DOMINGO Ť 25 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť Consideran analistas que se debe discutir las condiciones de esa participación
Esquizofrénico, no distinguir la inversión privada y el papel del Estado en energía: titular de la CRE
Ť Critican la pretensión de Pemex de abrir el sector del gas natural a trasnacionales
MIRIAM POSADA GARCIA
La discusión en México no debe enfocarse a si se permite o no la participación privada en el sector energético, sino bajo qué condiciones se daría esto, señalaron investigadores universitarios, mientras el comisionado de la CRE, Javier Estrada, consideró que en el país "somos dados a la esquizofrenia y no logramos distinguir entre los alcances de la participación de capital privado y la función del Estado, lo que impide avanzar en el debate sobre el gas natural y la electricidad".
En el marco de las mesas redondas por las celebraciones de los 450 años de la UNAM, la Unidad de Posgrado de la Facultad de Ingeniería convocó a especialistas del sector energético para tratar temas como la participación de la iniciativa privada en la exploración del gas natural no asociado y las condiciones en las que esta actividad podría darse, así como la reforma del sector eléctrico.
Por parte de la unidad de Posgrado de Ingeniería, el especialista Víctor Rodríguez Padilla criticó que Petróleos Mexicanos pretenda abrir la exploración, producción y procesamiento de gas natural no asociado a las compañías trasnacionales mediante los contratos de servicios múltiples, bajo el argumento de que sería una forma más eficiente de realizar el trabajo y de satisfacer con mayor prontitud la demanda de este combustible, según declaraciones recientes del propio director de la paraestatal, Raúl Muñoz Leos.
"Ventajosos"
Rodríguez Padilla señaló que los contratos de servicios se establecerían bajo condiciones muy convenientes para los contratistas, toda vez que recuperarían 50 por ciento de la renta, tendrían una amortización acelerada a cinco años, utilidad de 38 centavos por cada dólar invertido, compartiría con el Estado mexicano el riesgo geológico y de mercado, por lo que nunca perdería.
De esta manera advirtió que el gobierno foxista optó por la peor manera de abrir el sector del gas natural, por la solución más complicada, porque una vez más le da la vuelta a la Constitución y expone al país a importantes riesgos, incluso de seguridad nacional, por lo que consideró necesaria una revisión y optar por otras formas de participación del capital privado en este sector.
En tanto, el especialista de la Facultad de Economía de la UNAM Angel de la Vega Navarro señaló que en México la discusión no debe centrarse en si es conveniente o no el ingreso de capital privado al sector del gas natural, sino las condiciones específicas y bien reguladas en las que lo haría, a fin de que éstas no sean negativas a los intereses nacionales.
Se trata, dijo, de evitar que la participación de particulares dé lugar al cuestionamiento de los derechos en lo que respecta a la propiedad y soberanía de los recursos, la imposición de arbitrajes internacionales y que se cuestione la soberanía fiscal, además de la introducción de prácticas discriminatorias para las propias empresas públicas.
Durante su intervención, el titular de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Javier Estrada, señaló que ante todo es indispensable contar con la información oficial sobre la pretensión de abrir la participación a privados en exploración y procesamiento de gas natural no asociado, y luego perder el miedo a esta forma de financiamiento porque, señaló, de pronto a los mexicanos "nos da por la esquizofrenia y se piensa que el buen mexicano es el que está contra la participación de particulares en sectores estratégicos".
En materia de electricidad, el senador priísta Genaro Borrego Estrada aseguró que la reforma al sector eléctrico enviada al Congreso durante la administración zedillista no va con los intereses de la nación ni es compartida por ninguna de las fracciones en el Congreso. Propuso a título personal que se establezca un esquema en el que la Comisión Federal de Electricidad mantenga 40 por ciento de la generación a manera de servicio público y compita en un mercado abierto en 60 por ciento restante con empresas privadas.