DOMINGO Ť 25 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Quien le lea se encontrará con un juego de máscaras, dice Piña Williams, su autor

Días diablos es un desplante cínico de la escritura

CESAR GÜEMES ENVIADO

Guadalajara, Jal., 24 de noviembre. Días diablos, de Víctor Hugo Piña Williams, publicado por Tusquets, es sobre todo un ejercicio del lenguaje, una reflexión sobre la propia escritura y, como señala su autor, un "desplante cínico sobre algo que me es tan propio y estimulante como la escritura".

-Al escribir este libro corres el riesgo, evidentemente con gusto, de apostar por la musicalidad del lenguaje.

-Cada vez apunto más y me dejo tomar más por ese riesgo por placer, desde luego, pero también hay algo de cinismo, de acto gratuito, porque disfruto cada vez más la escritura y como todo goce intenso es un acto muy egoísta. Y como no estoy muy convencido de que las escrituras reputadas como sencillas sean comprendidas realmente por lo que llamamos el lector, entonces incurro en ese cinismo. Cada vez estoy más convencido de que la superstición de lo sencillo y de lo complicado no son más que eso. Y que independientemente de los números que arroja la mercadotecnia más elemental, no sabemos bien a bien qué pasa con un libro en manos de aquel personaje que por comodidad llamamos lector. El riesgo, como toda apuesta, no forma parte de un programa; no sé decir si el riesgo que hay en este libro lo habrá en el siguiente, pero sé que está muy en mi temperamento el desplante cínico, sobre todo cuando algo me es tan propio y estimulante como la escritura. Desde la humildad más subrayada digo que asumo ese riesgo y que no me preocupa porque no creo que yo pueda ser objeto de preocupación de nadie. Quien elija leerme sabe que se va a encontrar con un juego de manos y otro de máscaras. Pero si participa en el juego descubrirá que mi noción de máscara es simplemente la idea de una cara sobrepuesta que hace énfasis en los rasgos que ya están en el rostro.

-Pareciera que escribes con una buena cantidad de diccionarios al lado, lo mismo de sinónimos que de rima o de autoridades. ƑEsa imagen corresponde a la realidad de tu trabajo o todas las palabras que empleas en tus libros son para ti de uso común?

-En el proceso de revisión sí hecho mano de los diccionarios porque soy muy riguroso, en parte debido a mis años como corrector de estilo. Por eso mismo, lo que trato de cuidar es la edición del texto, pero no necesariamente la escritura, que en mi caso es un juego absoluto. Estoy en posesión del caudal de palabras que se puede encontrar en mis textos. Son palabras que constantemente reverberan en las esquinas de mi conciencia y forman parte de mi respiración más íntima. Para mí el idioma está muy ligado a la memoria, lo disfruto mucho como realidad tangible y como sonoridad. Para tomar de la manera en que deseo al idioma, o lo hago de un solo golpe o me tropiezo con él y no llego a ninguna parte.