DOMINGO Ť 25 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť José Antonio Rojas Nieto
La Rusia petrolera
Hasta pareces nuevo, dicen en mi tierra cuando alguien no sabe hacer bien algo. Así me siento por haber descuidado la reflexión sobre la Rusia petrolera de hoy, la que lentamente pero sin retorno regresa por sus fueros, acaso añorando aquellos años en que casi producía 10 millones de barriles al día. Es la Rusia que hoy explota 105 mil pozos productivos para extraer poco más de 6 millones de barriles al día. La misma que desde hace diez años organizó su industria petrolera en más de 15 empresas entre las que sobresalen seis grandes estatales verticalmente integradas (Lukoil, Yukos, Sibneft, Surgutneftegaz, Tatnteft, Tiumen) que hoy producen entre 500 mil y poco más de un millón de barriles al día cada una y varias compañías privadas, algunas derivadas de exitosas asociaciones (joint ventures), principalmente con capitales estadunidenses.
Pues esta misma Rusia se niega hoy a apoyar el control de la producción propuesto por la OPEP para intentar un mayor equilibrio entre la excedida oferta y la severamente diezmada demanda. Los esfuerzos han sido múltiples, ya no sólo por parte de diversos miembros del cártel, sino -al fin- también por parte de productores independientes como México, que -ahora sí- se encuentran muy preocupados por el desplome de precios que tiene la mezcla mexicana en no más de 13 dólares por barril, luego de que durante los primeros diez meses del año registrara un promedio ligeramente superior a los 19 dólares.
Con casi 4.5 millones de barriles diarios de exportación al mercado internacional, la Rusia de Putin -cada vez más cerca de Estados Unidos que no sólo desea crudo barato para su consumo de guerra y para reactivar su economía, sino que quiere crudo para su futuro, pues no tiene todo el que necesita- está decidida a consolidar su papel como segundo exportador petrolero del mundo e, incluso, de ser posible y contando con el apoyo estadunidense, quisiera superar algún día la producción de Arabia Saudita.
No es fácil, sin embargo, ser más eficiente que este gran productor de casi 8 millones de barriles diarios, con mil 560 pozos de los más rentables del mundo, que cotidianamente le rinden casi 5 mil barriles al día cada uno. Esta Rusia no puede olvidar este importantísimo dato y menos que sus 105 mil pozos le proporcionan apenas un promedio diario de 6.5 millones de barriles, lo que supone -incluso si las condiciones de explotación en uno y otro país fueran similares, que no lo son- un costo de producción sustancialmente más elevado que el saudí, pero también que el argelino, el iraquí y, sin lugar a dudas, el iraní, uno de los más bajos del mundo en virtud de que la empresa estatal del antiguo imperio persa -la NIOAC-, con apenas un millar de pozos en explotación, logra una producción cercana a 3.5 millones de barriles al día, lo que le representa ser uno de los productores con costos de producción más bajos del mundo. A pesar de tener grandes reservas (50 mil millones de barriles correspondientes a 4.6 por ciento del mundo) tiene una baja producción que le impide competir robustamente en costos. Incluso su costo de producción es mayor al de México, donde cada pozo explotado hoy proporciona cerca de mil barriles diarios.
ƑCómo o por qué, entonces, ingresar a una guerra de precios, sin tener las mejores condiciones para triunfar? Eso ya lo entendió, por cierto, la sencilla y prudente Noruega, la de los 606 pozos de 3 millones de barriles al día en conjunto, y que resulta ser -por el rendimiento diario de casi 5 mil barriles por cada uno- el productor más eficiente del mundo, aunque no el de menor costo, dadas las condiciones extremas en las que se extrae el petróleo en el Mar del Norte.
Bueno, pues esta Rusia que exporta casi 5 millones de barriles al día, parece no aceptar la reducción de no menos de 150 mil barriles en sus envíos al mercado -ya hoy casi 90 por ciento a países que no pertenecen a la antigua Unión Soviética, primordialmente Alemania, España, Francia, Italia, y Reino Unido-, y sólo propone 50 mil barriles al día, luego de que Noruega y México mostraron su disposición de reducir en 200 y 100 mil barriles al día su plataforma. (Por cierto, en el caso nuestro no se ha dicho respecto a qué nivel: Ƒel medio anual, el del semestre, el de octubre, cuál?).Claro está que, de forma similar a la de México, actualmente sus ingresos petroleros representan 25 por ciento de los ingresos fiscales totales y, se estima que por cada dólar que de forma anualizada desciende el crudo ruso, el fisco pierde cerca de mil millones de dólares también anuales. Acaso por ello mientras que este año en tres ocasiones la OPEP redujo su producción, Rusia la fue incrementando a tal grado que, con toda seguridad, su nivel de producción en 2001 será superior al de 2000 en casi medio millón de barriles, cerca de 6 por ciento de su producción total. Esto, sin duda, no puede seguir así. Rusia deberá atemperar su ritmo y dejar para otros tiempos su ánimo de controlar un volumen creciente del mercado petrolero, de otra forma, efectivamente puede provocar una guerra en la que -podemos estar seguros- Rusia misma perderá más.
rojasnyc@hotmail.com