Ť Los antropólogos forenses argentinos que realizarían el peritaje no llegaron
Posponen exhumación de los restos de Lucio Cabañas
MISAEL HABANA DE LOS SANTOS CORRESPONSAL
Atoyac de Alvarez, Gro., 24 de noviembre. La exhumación de los restos del guerrillero Lucio Cabañas, asesinado por el Ejército Mexicano hace 27 años y sepultado clandestinamente en una tumba del panteón municipal de esta población, se pospuso indefinidamente debido a que los antropólogos forenses de Argentina que realizarían esa labor no llegaron.
La información la dio a conocer Pablo Cabañas Barrientos -único hermano que le sobrevive-, quien acompañado de familiares y miembros de organizaciones no gubernamentales estuvo en el lugar donde este día se efectuaría la exhumación de los supuestos restos del desaparecido dirigente del Partido de los Pobres.
Dijo que los peritos tuvieron problemas para llegar a esta región de la Costa Grande, "y si ellos no se presentan a realizar la exhumación, no permitiremos que otros lo hagan, porque no tenemos confianza en las autoridades".
Un día antes, Pablo Cabañas manifestó su interés en que los argentinos realicen la exhumación, a cargo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Procuraduría General de la República, con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Documentos militares de la época señalan que Lucio Cabañas, alias Tirso López Mesino, murió el 2 de diciembre de 1974 en combate con tropas del Ejército en la comunidad El Otatal, municipio de Tecpan de Galeana. La patrulla Martín, que comandaba el entonces mayor José Domingo Ramírez Garrido Abreu, alcanzó a una columna guerrillera y se efectuó un enfrentamiento. Después de que Lucio Cabañas murió, le dieron un tiro de gracia.
Hace 26 años el fundador del Partido de los Pobres "hizo frente a tropas de la 27 Zona Militar", y falleció a las 9:10 horas. De acuerdo con documentos oficiales, fue sepultado a las 14:30 horas del 3 de diciembre en el panteón municipal de Atoyac. Hasta la fecha los restos no han sido reconocidos ni por familiares ni por ex compañeros de lucha.
La inhumación, según esa versión, fue apresurada por órdenes del entonces secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, pues Luis Echeverría Alvarez temía que se repitieran las concentraciones populares que dos años antes, en San Luis Acatlán, habían acompañado en su sepelio a otro guerrillero guerrerense, Genaro Vázquez Rojas, dirigente de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria.