LUNES Ť 12 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť Sus impugnadores "no han hecho una lectura adecuada" ni objetiva, asegura
Zavaleta podría conciliar su propuesta en el PRD
Ť Las manifestaciones "funcionaron en su momento, pero son otros los tiempos políticos"
MARIA ESTHER IBARRA
Ante el desacuerdo de algunos militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) por reglamentar el uso de la vía pública y que incluye las marchas, la diputada perredista y promotora de la propuesta, Ruth Zavaleta, está dispuesta a conciliar los puntos de controversia con sus correligionarios. No obstante, considera que éstos "no han hecho una lectura adecuada y objetiva" de la propuesta de Ley de Vialidad para el Distrito Federal.
Aclara: "Ningún postulado del PRD pone en tela de juicio propuestas como la que hicimos para dar alternativas al uso de la vía pública, y se desconocen este tipo de cuestiones, pero presentaremos una exposición de motivos muy sustentada, y cuando la lean esperemos que cambien de parecer".
Sin embargo, aclara: "Seguimos insistiendo en que es muy válida nuestra propuesta, pues no se trata de coartar la libertad de tránsito o expresión ciudadana, sino de hacer una utilización más adecuada de las validades".
De la polémica desatada en el seno del PRD por la iniciativa, explica: "Las marchas son el punto álgido de la ley, pero no el único ni el más importante. Hay otros en los que no se ha puesto atención", dice Ruth Zavaleta. Proveniente de una organización en demanda de vivienda, asume que ella misma promovió manifestaciones con tal objetivo, "mecanismo que en su momento funcionó, pero ahora son otros los tiempos y los actores políticos en la capital", destaca en entrevista.
"Ahora los perredistas somos gobierno y ya la gente tiene canales de interlocución", menciona. Señala que en las tres administraciones perredistas bajaron 46 por ciento las marchas contra la autoridad capitalina.
Concuerda con sus impugnadores en que la mayoría de las manifestaciones son por problemas del gobierno federal, pero "tenemos que buscar mecanismos para que éstos tengan solución y no se afecte a los capitalinos". Indica que la iniciativa de ley tendrá que aprobarse este año, y argumenta que 84 por ciento de los ciudadanos se manifestó a favor de reglamentar marchas en una encuesta.
En su segunda versión, con fecha 6 de noviembre y enviada a todos los grupos parlamentarios, la iniciativa señala que los capitalinos invierten en promedio dos horas diarias para sus traslados normales, descontando el aumento en horas por diversos factores y el deterioro creciente de la vía pública.
Y describe parte del panorama cotidiano en las vías citadinas: basura amontonada, apropiación de particulares de algunas calles, conductores que estacionan su vehículo en doble y triple fila; mobiliario e infraestructura deteriorada, destrucción de señalización por vandalismo, entre otros problemas. En suma, dice Zavaleta, una circulación vehicular que se vuelve cada día menos posible.
Añade: "en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México se realizan en promedio veinte millones de viajes diarios y se movilizan 384 mil toneladas de mercancías. Cabe aclarar que de esos viajes, dos tercios son ocupados por el Distrito Federal. Si la tendencia de distribución espacial continúa -migración de la ciudad central a la periferia- los servicios deberán extenderse y acercar a esos nuevos y crecientes asentamientos los básicos".
Los números sustentan su advertencia: para atender los más de catorce millones de viajes, el DF tiene un total de 9 mil 061 kilómetros de vialidades; 198.4 kilómetros de vía primaria (132.2 kilómetros, con acceso controlado y 66.2 sin éste); 310.3 kilómetros de ejes viales; 552.5 kilómetros de vías principales y 8 mil kilómetros de vías secundarias. Según especialistas, comenta, en materia vial la ciudad de México enfrenta un enorme déficit en infraestructura para desarrollo del transporte.
Por todo ello considera urgente crear mecanismos que atiendan este importante rezago y deterioro de la vialidad como factor de la sana convivencia ciudadana.