Ť Unico enlace para conocer información necesaria y confiable, dicen autoridades israelíes
Al Jazeera y su revolución informativa, ante la censura por la operación Libertad Duradera
Ť La clave de la televisora árabe: acceso al "enemigo" y mostrar la destrucción en Afganistán
JENARO VILLAMIL
En medio del bombardeo infinito en Afganistán y del fracaso inmediato del Pentágono para neutralizar o detener a Osama Bin Laden, la televisora árabe Al Jazeera se ha convertido en el auténtico protagonista mediático del actual conflicto, al grado de que la mayoría de los analistas consideran su papel similar al que jugó CNN en el golfo Pérsico y hasta los periódicos más "respetables" de Estados Unidos, como The New York Times y The Washington Post han escrito sendos reportajes sobre la televisora, al tiempo que editorialmente cuestionan su "parcialidad"; algunos funcionarios de la CIA sugieren que es la "vocera" de Bin Laden y la británica Comisión de Televisión Independiente se pregunta si es responsable de "incitar al odio" contra Occidente.
La televisora ha creado una auténtica revolución
mediática con sus imágenes y los mensajes grabados del líder
de Al Qaeda: el más reciente generó un fenómeno de
rating inusual para una compañía 10 veces menor a
los grandes consorcios mediáticos occidentales. Tan sólo
en Gran Bretaña la cadena tiene ya 10 millones de audiencia potencial
a través de Sky Digital. Las cadenas francesas permiten que sus
imágenes se vean en prácticamente toda la Unión Europea.
Las cadenas estadunidenses más grandes (ABC, CBS, NBC y Fox News)
han tenido que retransmitir sus "exclusivas" de Bin Laden y CNN no ha conseguido
ni una sola declaración especial del personaje que ellos han sobredimensionado
como el "nuevo Satán".
Al Jazeera ya se volvió una auténtica paradoja
para los propios estrategas angloestadunidenses porque la necesitan para
que su versión sea conocida en el mundo árabe (George W.
Bush, Colin Powell, Condoleezza Rice y Donald Rumsfeld le han concedido
entrevistas exclusivas), al tiempo que no pueden ejercer censura sobre
sus imágenes, porque la autonomía de la televisora ha pasado
la propia prueba de fuego de la censura que han querido ejercer los regímenes
árabes contra la emisora por sus versiones liberales en temas tabú,
como la poligamia, la corrupción política y el extremismo
islámico. El propio régimen israelí la reconoce como
una fuente de información necesaria y confiable, en medio de la
ausencia de interlocución con las autoridades palestinas y la mayoría
de los gobiernos árabes.
El periodista argelino K. Selim escribió en el diario madrileño El País que a la televisora árabe se le critica lo que se le admite a CNN o a Euronews por sus versiones parciales de la guerra o por su búsqueda de exclusivas informativas, pero se le necesita porque es el único puente de comunicación creíble con el mundo árabe e islámico. "La fuerza de Al Jazeera reside ahí: responde a una necesidad poderosa y la asegura sobre la base del principio de que el mensajero debe transmitir el mensaje, les guste o no a los órdenes establecidos", subrayó Selim.
En entrevista con el sitio Alternet, el veterano periodista y corresponsal de guerra jordano Lamis Andoni subrayó que Al Jazeera se está convirtiendo en la voz más grande de la opinión pública árabe precisamente porque está libre del control de los propios gobiernos de la región, a diferencia de la cadena saudita MBC y de la libanesa LBC, al tiempo que es la única televisora que transmite información las 24 horas del día (a semejanza del modelo CNN) y entrevista lo mismo a disidentes, líderes de la oposición que a intelectuales del área (como pretenden hacerlo la mayoría de las televisoras occidentales). La diferencia es que Al Jazeera sí tiene acceso a "los enemigos" y sus imágenes han mostrado lo que no se ha visto en la pantalla de CNN: la destrucción producida en territorio afgano, a los refugiados que pueden crear una crisis de 7 millones de personas en Asia central y el panorama de fuerzas políticas afganas divididas. Al Jazeera está documentando periodísticamente la imposibilidad de una operación bélica exitosa en un Afganistán dividido y un Pakistán en ebullición.
Libertad de expresión
Por si fuera poco, la demanda de sus imágenes le ha creado un auge económico nunca antes visto. Al Jazeera no depende de la publicidad de grandes consorcios vinculados a la industria armamentista y a los consorcios petroleros. Está haciendo negocio con la venta de sus propios materiales hoy demandados por el propio libre mercado informativo. ¿Podrían darse ese lujo ahora las cadenas estadunidenses que tienen entre sus 10 anunciantes más poderosos a General Motors (en 1999 destinó casi 3 mil millones de dólares en publicidad), a Procter & Gamble (mil 704 millones de dólares), a Ford Motor Company (mil 272 millones de dólares) y a Daimler Chrysler (mil 533.4 millones de dólares), todos ellos, consorcios que se han vinculado a los intereses estratégicos del Pentágono y de las compañías petroleras?
Transmitir las imágenes de la televisora árabe se ha vuelto para el periodismo escrito y electrónico de Occidente una toma de posición en favor de la libertad de expresión y de información. Constituye un deslinde ante los renovados intentos de censura y autocensura.
Al Jazeera, finalmente, es una nueva paradoja de la globalización mediática promovida desde Occidente. Y su éxito constituye una derrota para la operación Libertad Duradera.