Organización francesa expresa indignación
por muerte de Ochoa
Señora directora: Por medio de la presente,
nosotros los Verdes franceses, expresamos nuestra profunda emoción
e indignación por el asesinato de Digna Ochoa.
Nos reconociamos en el compromiso con los derechos humanos
de esta famosa abogada mexicana, quien trabajaba para el CDH Miguel Agustín
Pro Juárez. Admiramos su infatigable determinación de luchar
por la justicia y en favor de los presos políticos.
En 1996, Amnistía International hizo un llamado
mundial para presionar al gobierno mexicano y garantizar la integridad
de la defensora de derechos humanos, luego de las numerosas amenazas de
muerte que había recibido.
En agosto de 1999 fue rehén e interrogada en su
domicilio por dos agentes de la inteligencia militar, quienes intentaron
matarla, dejándola con un tanque de gas abierto. Después
de haberse refugiado en Estados Unidos, Digna Ochoa regresó a México
para trabajar en la defensa jurídica de presos políticos.
Este nuevo asesinato demuestra que en 2001, a pesar de
la alternancia, no existe real libertad de expresión en México,
se sigue trabajando con los mismos métodos de la dictadura del PRI,
y que los defensores de los derechos humanos hoy día, como ayer,
siguen expuestos a la terrible violencia de sus adversarios.
Denunciamos, por lo tanto, con fuerza a los responsables
políticos y otros que no hicieron todo lo posible para protegerla
de sus asesinos.
Pedimos al gobierno mexicano que haga todo para encontrar
y condenar a los responsables y a los ejecutantes e igualmente, le solicitamos
tomar las medidas necesarias en para impedir que nuevos crímenes
de ese tipo se reproduzcan.
La Comisión Trasnacional de los Verdes Franceses.
Clarissa Carrillo, Patrick Farbiaz, Odile Verdure-Labeille y más
firmas
Preocupación de padres de familia por alumnos
Señora directora: Le pedimos publique esta
carta dirigida al rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente; al
director de la Facultad de Derecho, Lic. Fernando Serrano Migallón;
a la comunidad universitaria; a los estudiantes de educación superior
y a los padres de familia.
Los padres de familia nos dirigimos a ustedes con profunda
preocupación por las agresiones que han sufrido los estudiantes
de la Facultad de Derecho, en particular, los grupos organizados que ocupan
los cubículos D-201 y D-301 con la actitud de negligencia o complicidad
que han tomado las autoridades en contra de nuestros hijos, al solapar
la actuación de porros golpeadores que han lesionado a varios estudiantes;
nuestros hijos no cometen delito alguno al estar apoyando a la comunidad
estudiantil, puesto que se busca otorgar apoyos académicos y técnicos
a los estudiantes de la Facultad de Derecho.
Sin embargo, por las actividades que llevan, han sido
enviados al Tribunal Universitario, ilegítimo, puesto que el artículo
13 de la Constitución señala que están prohibidos
los tribunales especiales; inventando una serie de mentiras y poniendo
en práctica violaciones a sus derechos, que los ha dejado en estado
de indefensión al manipular los horarios y días de compilación
de pruebas, así vulneran sus garantías individuales señaladas
en los artículos 14 y 16 constitucionales. Con ello trasgreden el
derecho de audiencia y por si fuera poco los agresores de nuestros hijos
son miembros del tribunal que se encargará de juzgar y establecer
las sanciones, es decir son juez y parte. Lo más grave es que los
porros fueron en dos ocasiones (existen pruebas fotográficas y de
video que lo demuestran) a los cubículos citados a golpear, así
como destruir el mobiliario y equipo con que se cuenta, todo ello con la
complicidad de las autoridades de la Facultad, ya sea por omisión
o por comisión.
Es obvio que por las acciones antes descritas, el tribunal
se vio obligado a corregir sobre la marcha el procedimiento, incluso ampliando
plazos para la presentación de pruebas, puesto que con la forma
sumaria de producir, quedó al descubierto lo que se hace contra
nuestros hijos, pero también facilitando el acceso a otros recursos
jurídicos que es evidente que no les conviene que se inicien.
Exigimos que se combata a las autoridades que promueven
el porrismo, puesto que sus fines son perjudiciales para la vida de la
UNAM, ya que históricamente los recursos con los que financian estos
grupos son parte del presupuesto de la institución y finalmente
son recursos públicos, que de ninguna manera pueden aplicar para
promoverse políticamente o de ninguna otra forma.
Finalmente queremos hacer un llamado a todos los padres
de familia, trabajadores y profesores, tanto de la UNAM como del IPN y
de la UAM a que hagamos un frente común en defensa de la educación
pública y gratuita, como lo establece la carta magna, y a luchar
y estar prevenidos contra la embestida neoliberal que sufre la educación
pública, que en su proyecto por cumplir los requerimientos del FMI
y del Banco Mundial quieren privatizar a toda costa la educación
con un congreso universitario a modo, que permita tomar estas determinaciones
en el caso de la UNAM o una Ley Orgánica que dé margen para
excluir a los que menos tienen, en el caso del IPN, o bien a través
de una elección de rector que materialice estas necesidades del
gobierno y su sistema, en el caso de la UAM.
Firmas de padres de familia de la Facultad de Derecho:
Marisela Espino Salgado, J. Guadalupe Cortes Herrera, y 10 firmas más
Denuncia malos tratos de servidora pública
Señora directora: El domingo 4 de noviembre
fui invitada a la exposición de la colectiva La ira del silencio,
en el ex convento del Desierto de los Leones. La inauguración, programada
a las 10:30 horas no tuvo lugar sino hasta las 11:10 debido a la desorganización
con espacios y eventos. Las artistas decidieron hacer una inauguración
por respeto a sus invitados, que llegamos a la hora acordada, y cuando
la "licenciada" directora del centro terminara con sus actividades políticas
hiciera otra. Repentinamente, la entrada a la exposición fue bloqueada
por sillas y músicos de una orquesta (que también tenía
un concierto ahí). Los "organizadores" pidieron que nos retiráramos
de la exposición para no interferir en el concierto, con lo que
faltaron al respeto, tanto a las artistas plásticas, a la orquesta
y al público de ambos eventos. La licenciada Adela Vélez
Obregón (que así exigió que se le llamara, por el
esfuerzo que le costo llegar a serlo), directora de Parques Recreativos,
Cultura y Turismo de Cuajimalpa, de forma prepotente encerró, secuestró
literalmente, a unas 25 personas en el interior de la sala de exposiciones.
A mí, que hice un llamado al público de ambos eventos, me
jaloneo, junto con los guardias de seguridad, para evitar que hablara.
Tengo entendido que estos guardias están para resguardar las obras
y el patrimonio cultural que nos pertenece a todos y no para acatar órdenes
de funcionarias prepotentes.
La licenciada, por un lado, se lava las manos por la organización
de la exposición y, por el otro, se otorga el derecho como directora
del centro de maltratar al público, de amenazar y vetar a las artistas,
y de encerrarnos.
La señora, perdón la licenciada, sabía
o debería conocer desde hace mucho la programación de los
eventos en su centro, aunque no los organice ella directamente.
Hago los siguientes cuestionamientos: un director de un
centro de cultura o un funcionario publico ¿es o no el responsable
de la organización o en este caso desorganización de un evento?
¿Debe manejar la seguridad de un centro de cultura a su conveniencia
o en beneficio del público y los artistas? ¿Debe maltratar
al público asistente? ¿El espacio público le pertenece
en el momento que toma posesión de su cargo? ¿Debe imponer
sus caprichos y carecer de diplomacia para tratar conflictos generados
por su desorganización?
Exijo la destitución del cargo de servidora pública,
al cual fue asignada la licenciada Vélez, por maltrato, prepotencia,
abuso, y por no asegurar las garantías del público que tenemos
derecho a la cultura.
¿Estos son los funcionarios culturales que nos
merecemos?
Iliana G. Guevara
Faltan medicamentos en el IMSS, acusa
Señora directora: El 22 de octubre del presente
acudí a consulta a mi clínica de adscripción del IMSS
No. 7 por un cuadro gripal agudo y me prescribieron Ciprofloxacina, Ambroxol
y Acetaminofen. En la farmacia de la unidad me informaron que no había
esos medicamentos y que volviera el jueves siguiente o que acudiera al
Hospital General de Zona No. 32, al que fui, pero me dijeron que tampoco
ahí había medicamentos. Al siguiente día asistí
al Centro Médico Siglo XXI, donde sí tenían los medicamentos,
pero no me surtieron la receta porque la firma del médico que la
extendió aparecía con diferente color de tinta, me pidieron
que fuera a hablar con el jefe de turno para ver si autorizaba que me dieran
la medicina.
Esta persona me dijo que no era su problema y que si fuera
receta del Centro Médico podría "hacerme el favor" de surtírmela.
Al ver su negativa, le comunique que iba a poner la queja ante las autoridades
correspondientes y que me diera su nombre; entonces cambió su actitud
pidiéndome la receta para surtirla.
Considero que se debe reflexionar si los empleados tienen
el derecho de otorgar favores a los derechohabientes de acuerdo
con su estado de ánimo, si un cambio de color de tinta en una receta
es motivo suficiente para negar el servicio incluso cuando en algunos casos
se ponga en peligro la vida del paciente. Dónde quedaron las declaraciones
del director del IMSS, en el sentido de que no faltarían medicamentos
en las farmacias del instituto.
Lucía Aldana
|