Alcalde de Atenco, dispuesto a dialogar con campesinos
RENE RAMON, JAVIER SALINAS, SILVIA CHAVEZ Y MATILDE PEREZ U. CORRESPONSALES
San Salvador Atenco, Mex. 5 de noviembre. El presidente municipal de San Salvador Atenco, Margarito Yáñez, y los síndicos aseguraron estar dispuestos a establecer un diálogo, en el que no haya malas palabras ni ofensas, con los ejidatarios que hoy cumplieron 14 días de plantón en la plaza central del municipio.
Obligado a recorrer las colonias y barrios en los que habitan 38 mil personas de este municipio, para buscar un acercamiento con los pobladores, Margarito Yáñez afirmó que las "costumbres de los campesinos (de San Salvador Atenco) jamás van a desaparecer, a pesar de la expropiación de sus tierras. Ellos van a tener otras oportunidades y tienen la libertad de elegir".
En una improvisada oficina, en una casa particular de Nexquipayac, el munícipe calificó de positiva la disposición de la Procuraduría Agraria de buscar que a los campesinos afectados por las expropiaciones se les pague más por sus predios. A ellos (los campesinos) les corresponde buscar la firma de convenios que los beneficien, "yo actuaré apegado a la ley".
Respecto a la posibilidad de interponer una controversia constitucional por la expropiación de 3 mil 738 hectáreas -más de una tercera parte del total del territorio del municipio-, expresó: "Esa decisión la tomarán los abogados del municipio, ellos verán que el beneficio sea público". La preocupación para el alcalde es -acotó- continuar proporcionando los servicios mínimos a la población.
Defienden al munícipe
Por su parte, el síndico Oscar Freysher defendió el trabajo del munícipe: "No ha dejado de trabajar, a pesar de que están cerradas las oficinas del ayuntamiento". Y explicó que los síndicos y el presidente municipal no se quieren acercar a ese lugar -a cuyo costado están las oficinas del comisariado ejidal de San Salvador y, por tanto, el plantón de los ejidatarios- porque "no hay garantías de seguridad".
Insistió en que los ejidatarios "deben separar el asunto de la construcción del aeropuerto y la gobernabilidad del municipio, pues lo importante es continuar con los trabajos del ayuntamiento". Informó que la tarde de hoy los síndicos acudirían al ayuntamiento para abrirlo, pero no llegaron.
Por su parte, los ejidatarios reiteraron su exigencia: "Las autoridades municipales deben manifestarse claramente si están en favor o no de la expropiación. Queremos acciones claras". Hoy, los ejidatarios se dividieron en varias comisiones para buscar el respaldo de académicos y estudiantes de las universidades Autónoma de México y Autónoma de Chapingo, y estrechar vínculos con el Congreso Nacional Indígena, el Congreso Agrario Permanente y la Unión Nacional de Trabajadores, ya que el próximo viernes llevarán a cabo un foro de discusión en torno a la construcción del aeropuerto. También continuaron sus encuentros con su abogado, Ignacio Burgoa Orihuela, para afinar los términos en que se pedirá el amparo contra la expropiación.
En Chimalhuacán, los ejidatarios y vecinos afectados por la expropiación de 311 hectáreas comentaron que no permitirán que les quiten sus tierras. "El presidente Fox ha gastado más en sus toallas y sábanas que en el precio miserable que está poniendo al metro cuadrado de las parcelas", dijo Juvencio Pérez Peralta, presidente de la Asociación de Ejidatarios de Santa María Chimalhuacán.
Desmintió que en Chimalhuacán sólo se vayan a expropiar 311 hectáreas. "Las autoridades mienten, ya que en los hechos la superficie afectada es de 325 hectáreas, si se suma a los pequeños propietarios que tienen 14 hectáreas y que están en la zona que presuntamente será destinada a protección ecológica. Además, en la zona expropiada están los "charcos" que antes fueron abrevaderos de Tepalcate, Arena San Juan, Tlatel San Juan, Tlatel Xochitenco, La Monera, El Bartolismo, La Mojonera y Las Islas.
Pérez Peralta aclaró que los ejidatarios no están de acuerdo en que la Procuraduría Agraria los defienda. Las negociaciones con las autoridades las hizo el presidente del comisariado ejidal de Santa María Chimalhuacán, pero "nosotros no lo aceptamos".