JUEVES Ť 27 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Los atentados desataron una "cacería de brujas" en EU, denuncian abogados
Detenciones y espionaje, parte del nuevo concepto de defensa de la patria
Ť Se usa la preocupación generada por los ataques para minar las libertades públicas, acusa defensor Ť Los métodos empleados por el gobierno, parecidos a los utilizados por los nazis: Michael Ratner
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 26 de septiembre. El Departamento de Justicia de Estados Unidos está empleando una serie de leyes poco utilizadas para detener y arrestar a cientos de sospechosos que podrían tener información sobre los ataques te-rroristas en Nueva York y Washington, y también se está aplicando una amplia gama de medidas de seguridad en todo el país como parte de la estrategia de "se-guridad de la patria", el flanco in-terno de la "nueva guerra" contra el terrorismo internacional.
Como parte de este esfuerzo, ha sido utilizada la Guardia Nacional en ciudades claves, mientras George W. Bush solicita nuevos y am-plios poderes para desplegar a los militares en apoyo de la seguridad interna del país.
El procurador general también ha solicitado al Congreso aprobar, en dos semanas, leyes que permitirán el monitoreo de comunicaciones electrónicas y de teléfono, realizar cateos secretos, confiscar propiedades y encarcelar a extranjeros por periodos indefinidos sin tener que otorgarles el derecho de acceso a abogados defensores.
Sin embargo, el procurador ge-neral, John Ashcroft, insistió esta semana en el Congreso que estas nuevas medidas no violarían leyes y libertades y no habría "cacería de brujas": "Estamos conduciendo es-te esfuerzo con un compromiso to-tal de proteger las libertades, los derechos constitucionales y la privacidad de los estadunidenses".
Pero el abogado constitucionalista Michael Ratner, quien ha defendido a disidentes y a víctimas de la política interior y exterior de este país, dijo que existe una peligrosa tendencia a utilizar la preocupación generada por los atentados para minar los derechos y libertades de los individuos.
Incluso sin los cambios solicitados el gobierno de Bush ya cuenta con poderes enormes en el ru-bro de la seguridad interna, declaró Ratner a La Jornada.
Nueva York, ciudad sitiada
La policía colocó retenes de inspección de camiones y camionetas a la entrada de Manhattan y otras ciudades importantes, medidas que fueron implementadas después de que la FBI encontró pruebas de que los autores de los ataques en Nueva York y Washington habían considerado robar un camión y convertirlo en una bomba.
También se han instrumentado otras medidas en nombre de la "defensa" o "seguridad de la pa-tria" (homeland security o defense), que incluyen maniobras para proteger plantas nucleares y represas, así como para prevenir el se-cuestro de aviones pequeños de uso agrario que podrían ser utilizados para actividades terroristas.
Al mismo tiempo, los medios no se cansan de informar de los peligros potenciales de camiones-bomba y de diversas armas biológicas y químicas que podrían ser usadas contra zonas metropolitanas, y añaden descripciones sobre qué tan rápido y de qué forma ma-tarían a la gente.
Con esta clima, las encuestas registran que la población está lis-ta para ceder o permitir más límites a sus libertades individuales.
Junto con operativos de seguridad, mayor vigilancia y más énfasis en la 'inteligencia" en el frente doméstico de la nueva guerra, las autoridades reconocen haber detenido o arrestado a 352 personas, a veces colocando a algunos en la cárcel sin la posibilidad de fianza aunque sólo estén técnicamente acusados de una violación menor de leyes de tránsito o por violaciones a las leyes migratorias.
Además, la FBI ha anunciado que busca a casi 400 individuos más en su investigación masiva.
A algunos de los detenidos, se-gún sus abogados, se les han ne-gado sus derechos básicos supuestamente garantizados por la Constitución de Estados Unidos.
Por ejemplo, abogados de un radiólogo de San Antonio detenido la semana pasada y liberado ayer dicen que su cliente fue mantenido incomunicado después de su arresto y le fue negado acceso a sus abogados durante seis días.
"La forma en que tratamos a la gente en tiempos difíciles como estos, es la prueba real de la de-mocracia y libertades civiles que tanto fanfarroneamos por todo el mundo", dijo Gerald H. Goldstein, el abogado del radiólogo.
Pero éste no fue un hecho aislado: en la ciudad de Oklahoma otro hombre fue detenido acusado de violaciones a la ley migratoria y no se le permitió hablar con su abogado; en Orlando, el nombre de un detenido como "testigo ma-terial" en la investigación sobre los ataques fue tachado de los registros legales de los tribunales; o sea, fue una detención secreta.
El gobierno puede usar las leyes de "testigos materiales" para detener durante meses a personas sin una acusación formal y, según abogados consultados por La Jornada, los tribunales aprueban estas detenciones en forma rutinaria.
"Particularmente en tiempos de guerra o crisis nacional los tribunales dan mayor peso a los intereses del gobierno y sus intereses de seguridad nacional pueden su-perar los derechos de un individuo", explicó Ratner, quien forma parte del Centro de Derechos Constitucionales de Nueva York.
Señaló que aunque el gobierno estadunidense recientemente se disculpó por haber detenido a más de 100 mil personas "de apariencia japonesa" durante la Segunda Guerra Mundial, por considerar que entre esa comunidad existían posibles amenazas a la seguridad nacional, el Poder Judicial no ha negado el derecho del gobierno a repetir esa práctica en tiempos de crisis nacional.
El abogado Ratner expresó su preocupación por el concepto de "defensa de la patria": "Esto sue-na a lo que hicieron los nazis... Creo que el concepto que utilizaban los nazis era fatherland de-fense. Busqué la palabra para ho-meland defense en alemán, y en-contré que es la misma usada por las milicias austriacas cuando eran aliadas de los fascistas en Italia".
Ratner añadió que muchos de los elementos de mayor seguridad que se proponen ahora ya estaban considerados, "pero posiblemente no llegarían a ser sancionados sin este incidente... Usan una tragedia ma-yor, el temor del pueblo, para au-mentar las fuerzas de seguridad".
Al mismo tiempo, señaló, se ha-ce más difícil criticar u oponerse, ya que en estas coyunturas "la di-sidencia no es apreciada" porque todos deben defender a Estados Unidos, o de lo contrario ser considerados como desleales.
Pero, advierte Ratner, es precisamente "en tiempos de guerra en los que uno debe vigilar y denunciar la supresión de las protecciones constitucionales".