JUEVES Ť 22 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Se abren cuatro exposiciones de manera simultánea en el Centro de la Imagen

Mayas, periplo de Javier Hinojosa a través de 72 fotografías en platino

Ť Superficial, colectiva inspirada en un texto del sociólogo francés Jean Baudrillard

Ť Las otras dos muestras son Los paisajes de Magnum y El otro rostro del crimen

MERRY MAC MASTERS

A la manera de un fotógrafo viajero del siglo XIX, Javier Hinojosa recorre las zonas arqueológicas de México, en especial las de la zona maya, para plasmar en imágenes tanto lo conocido como aquellas situaciones que suelen pasar inadvertidas para compartirlas con el público.

Con 22 años de fotógrafo, una década de trabajar en forma independiente y una labor centrada en el área editorial, a partir de 1993 Hinojosa emprendió, por casualidad, una serie de viajes de trabajo a la península de Yucatán, Tabasco y Campeche. Por ejemplo, formó parte del proyecto del Instituto de Investigaciones Estéticas, de la UNAM, dirigido por Beatriz de la Fuente, de documentar la pintura mural prehispánica en México.

Técnica artesanal

Al paso del tiempo comenzó a configurarse un conjunto de fotografías que Hinojosa trató de establecer como un proyecto personal que rescataba la idea de los fotógrafos viajeros, como Charney, Thompson y Catherwood, hace dos centurias, y Laura Gispin y Marilyn Bridges tulumen el pasado. Dentro de lo recurrente del tema, Hinojosa es de la opinión de que siempre habrá material por redescubrir, así como descubrir.

En eso mucho tiene que ver la actitud ante lo fotografiado. En vez de privilegiar ciertas imágenes, más bien le interesa el conjunto a fin de ofrecer una visión general, si no total, de las zonas arqueológicas, en el espíritu de compartirlo. Muchos de estos lugares, dice, son conocidos, pero otros, por los mismos proyectos en que ha participado, se desconocen o son poco accesibles al público. Es en este sentido que la fotografía vuelve a tomar la función de antes, es decir, de mostrar lugares que ''incluso en México, muchos no vamos a poder visitar''.

La técnica de impresión utilizada también le da ese toque ''romántico'' a sus tomas que van desde el archirretratado Chichén Itzá hasta una construcción mantenida por la misma comunidad. Todas sus fotos están impresas en platino, una técnica artesanal, de gran permanencia, del siglo XIX. El mismo Hinojosa emulsiona los papeles y los revela a la manera de sus colegas de antaño que debían cargar con una gran cantidad de equipo y preparar las placas en el lugar. Además, el platino tiene una gama natural muy sui generis que '''no te da cualquier papel comercial''.

Si el proyecto de fotografiar las zonas arqueológicas sigue en pie, también se debe a que ''uno se vuelve un poco obsesivo, como un coleccionista'', dice el entrevistado. De repente uno empieza a darse cuenta que colecciona imágenes y, claro, siempre le falta algo.

Hinojosa reúne 72 de sus platinos bajo el título Mayas: espacios de la memoria, muestra que se exhibirá en el Centro de la Imagen, con tres más, Los paisajes de Magnum, generada por la agencia del mismo nombre; Superficial/Colectiva interdisciplinaria y El otro rostro del crimen, pieza interactiva de Antonio Arango.

Curada por Patrick Charpenel e Itala Schemelz, Superficial es una exposición temática inspirada en un texto del sociólogo francés Jean Baudrillard, que se relaciona con la seducción.

La idea, explica Charpenel, gira en torno de esta obsesión de los pensadores occidentales por creer que detrás de la piel se encuentra la esencia, lo más auténtico, lo verdadero.

Sin embargo ahora, con las lecturas posmodernas, ''llegamos a la conclusión que detrás de la piel, o hay un vacío o se abre un universo enorme, muy rico para especular. Entonces las posibilidades de lectura son muchas. Así que se pueden establecer múltiples correspondencias y esta idea del sentido se abre a distintas interpretaciones''.

''Lenguaje contemporáneo''

Para Superficial fueron invitados 16 artistas tanto mexicanos como de Estados Unidos, Europa y Cuba, como Rodrigo Aldana, Minerva Cuevas, Nan Goldin, Jorge Prado y Vanessa Beecroft, entre otros. Son artistas que trabajan con el ''lenguaje contemporáneo'', es decir, la fotografía, el cine, la televisión y la publicidad.

Para Charpenel es el lenguaje con el que vivimos, con que tenemos que confrontar diariamente, pero que es poco común encontrarlo en obras de arte.

En este caso, continúa, es interesante ver cómo varios de estos artistas se han apropiado de él y lo han sabido combinar aun con el dibujo, como bien demuestra el creador californiano Raymond Pettibon.

En El otro rostro del crimen, a su vez, Antonio Arango se burla de los criminales y lo criminal. Mientras uno observa en un programa de computación cómo se analizan los rostros de cuatro personas para decir cuál es el pelo o la nariz de un ladrón o un narcotraficante, una cámara escondida filma al espectador, imagen que es proyectada en otra sala, integrada al texto original como si uno mismo fuera el delincuente.

(Las cuatro exposiciones serán inauguradas hoy, a las 19:30 horas, en el Centro de la Imagen, en Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico.)