JUEVES 2 DE MARZO DE 2000

* Urgen leyes para tener un país seguro: Clinton


Un hombre mató a dos personas e hirió a tres en Pittsburgh

* Disparó contra empleado de su edificio y en dos restaurantes

Reuters, Ap, Afp, y Dpa, Wilkinsburg, 1o. de marzo * Un hombre mató hoy aquí a tiros a un empleado de mantenimiento del edificio donde vive, después incendió su departamento, y luego se dirigió a dos restaurantes de comida rápida donde dio muerte a otra persona e hirió a tres más. El asesino, identificado como Ronald Taylor, se parapetó entonces en la azotea de un edificio y mantuvo a varios ancianos como rehenes antes de rendirse.

El incidente ocurrió un día después de que una niña de seis años fue asesinada de un balazo por un compañero de escuela en una escuela primaria de Mount Morris, en Michigan.

Por lo pronto, las autoridades detuvieron a un hombre, sospechoso de haber llevado a la casa del menor agresor el arma con la que dio muerte a Kayla Rolland; la fiscalía indicó que el menor "viene de un hogar muy atribulado. Realmente es víctima de una cultura de drogas y su casa está verdaderamente en caos".

En tanto, una joven de 16 años apuñaló a una compañera del colegio mientras discutían en un autobús escolar en Miami; la víctima está en condición estable, y la agresora fue detenida.

El presidente Bill Clinton dijo que los tiroteos de ayer y hoy ponen de manifiesto la necesidad de que haya leyes para hacer de Estados Unidos "un lugar más seguro", y para manener "las armas lejos de los criminales y de los niños", al instar a los congresistas a sancionar el proyecto de ley que les envió antes de que entren a un receso la próxima semana.

En esta localidad, a unos 15 minutos de Pittsburgh, Taylor, de 39 años, asesinó de un balazo a un trabajador de mantenimiento del edificio donde vive, con quien discutió por reparaciones en la puerta frontal de su departamento.

Después prendió fuego a su casa, y luego entró a la de una vecina a la que le dijo: "estaré muerto en 10 minutos", relató la mujer a la televisora CNN. "No le haré daño a ningún negro, voy a matar a todos los blancos", agregó Taylor, según la mujer.

De ahí se dirigió a un McDonalds, que según la policía pertenece al propietario de su apartamento, y disparó contra tres personas con una pistola calibre .22. Más tarde disparó contra otra persona en Burger King. Otro de los móviles mencionados fue que Taylor fue recientemente despedido de su trabajo.

Las víctimas mortales fueron identificadas como John Kroll, de 55 años, y Joseph Healy, de 71; los tres heridos estaban en situación crítica.

 

Otra ejecución en Hunstville

 

Odell Barnes, un negro de 31 años, convicto en 1991 por un asesinato que nunca reconoció, fue ejecutado a las 18 horas en la prisión texana de Hunstville, mediante inyección letal. La Suprema Corte de Justicia rechazó un último recurso de apelación, y el gobernador de Texas, George W. Bush, se negó a aplazar la ejecución por 30 días, a pesar de que Juan Pablo II, el presidente francés, Jacques Chirac, y una solicitud de siete mil firmas, pidieron clemencia para Barnes.

Barnes, quien tenía antecedentes por numerosos asaltos y dos violaciones, fue condenado en 1991 por el asesinato dos años antes de su novia, pero siempre alegó inocencia. Abogados de la asociación francesa Lucha por la Justicia comenzaron en 1997 un contrataque dirigido a probar que los testigos de cargo mintieron y que las pruebas en contra fueron fabricadas; más aún, lograron que algunos de los testigos se disculparan formalmente ante Barnes, pero la justicia texana se negó a reabrir el caso.