JUEVES 2 DE MARZO DE 2000

* Promete el mandatario redoblar esfuerzos para una paz definitiva


Asume Batlle la presidencia de Uruguay; augura un "año difícil"

* El Mercosur debe ampliarse de Alaska a Tierra del Fuego, dijo * Hereda un país con fuerte recesión

Stella Calloni, enviada, Montevideo, 1o. de marzo * En una austera ceremonia el centroderechista Jorge Batlle asumió hoy la presidencia de Uruguay, con un llamado a todas las fuerzas políticas del país a participar en el nuevo gobierno y el anuncio de que redoblará esfuerzos para lograr "la paz definitiva" entre los uruguayos.

También auguró un año "difícil", aunque sostuvo que hay síntomas de mejoría en las economías regionales, pero la mayor ovación durante su discurso inaugural provino de todos los sectores y surgió cuando dijo que América había cumplido un gran papel en la historia del mundo, pero que estaba llamada a cumplir ahora un papel mayor.

Rodeado de sus colegas del Mercado Común del Sur (Mercosur) y otros mandatarios y delegaciones de la región, y con la presencia del príncipe Felipe de España, Batlle dejó sin embargo un manto de dudas al ratificar su posición de que este mecanismo de integración económica debe ampliarse desde Alaska a Tierra del Fuego, algo por lo que precisamente aboga el go- bierno de Estados Unidos.

En este punto, algunos mandatarios del Mercosur se abstuvieron de aplaudir.

También dejó una sensación de ambigüedad cuando el nuevo presidente sostuvo que todos "somos responsables" de lo que sucedió, en alusión a la dictadura militar de 1973-1985, y reclamó evitar una visión maniquea de aquellas décadas y no dividir al país entre "buenos y malos".

Batlle, quien cogobernará con el Partido Nacional (Blanco) y sucede a Julio María Sanguinetti, de su mismo Partido Colorado, asume el poder a los 72 años de edad, después de cuatro intento anteriores por llegar a la presidencia.

Hereda una nación en recesión, con una crisis en el Mercosur y fuerte atraso cambiario, con índices de inflación bajos pero con una enorme deuda social, que se reflejó en la situación del sector agropecuario, el más afectado por la crisis.

La herencia de Sanguinetti incluye, asimismo, varios conflictos sindicales y un déficit fiscal de más de 700 millones de dólares, pero el tema de la violación de los derechos humanos durante la dictadura pasada y el de los desaparecidos es una brasa ardiente en la manos de Batlle.

 

Severas críticas a Sanguinetti

 

En las últimas horas hubo severas reacciones por una entrevista a Sanguinetti en una radio local, en la que acusó al poeta argentino Juan Gelman con los términos usados por los militares para señalar a los "subversivos", lo que indignó a organismos humanitarios y a dirigentes.

El saliente mandatario no pudo dar una respuesta sobre el destino de la nuera del escritor argentino, presuntamente trasladada desde Argentina a Uruguay, donde habría dado a luz a un niño o niña que podría haber sido entregado, a continuación, en adopción a los militares.

"Retrotrayendo los odios del pasado, lo único que vamos a lograr es volver a comprometer los derechos humanos", insistió el nuevo mandatario.

En un tono conciliador, Tabaré Vázquez, líder del mayoritario partido opositor Encuentro Progresista-Frente Amplio y derrotado en las presidenciales cuando los colorados se unieron con sus tradicionales adversarios blancos, destacó por su parte el llamado a la unidad de Batlle, pero también abogó porque se cumpla con lo que establecen las leyes sobre el esclarecimiento de la verdad y por la justicia.

Paralelamente, en una carta abierta a Batlle, publicada en la prensa, los familiares de los desaparecidos pidieron al nuevo presidente una audiencia para "buscar juntos una solución", y exigieron que el gobierno cumpla con la obligación de investigar el destino de sus parientes, incluso niños, como lo contempla la ley de caducidad que benefició a los represores.

"Aun la más dura verdad es preferible a la angustia del ocultamiento y la mentira", señalaron, y en este contexto el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el más acosado por la prensa y el que tuvo su propio público con pancartas y apoyo de solidaridad, recibió la solicitud de María Almeida de Quinteros de que le ayude a obtener información sobre su hija desaparecida.

La maestra Elena Quinteros se refugió en 1976 en la embajada venezolana aquí, pero fue sacada a golpes por militares y desde entonces nada se sabe de ella.

La asunción de Batlle, quien luego de la ceremonia tomó un taxi para visitar a su madre nonagenaria, fue festejada en un ambiente casi de carnaval por miles de personas, aunque no hubo multitudes pese a que fue un día feriado.

A lo largo de las calles que recorrió el nuevo presidente para llegar al Palacio Estévez, donde Sanguinetti le colocó la banda presidencial, destacó la silenciosa presencia de familiares de los detenidos desaparecidos con carteles que decían "si me recuerdas, tienes memoria".