Nuevo nuncio para aguas agitadas
* Bernardo Barranco V. *
Monseñor Leonardo Sandri es un hombre de la Secretaría de Estado. Su trayectoria apunta a una clara identificación con Angelo Sodano, quien actualmente maneja al Vaticano. En sus años juveniles, Sandri fue secretario particular del cardenal Aramburu, en Buenos Aires, seguramente en los tormentosos años setenta fue testigo y actor del colaboracionismo de la jerarquía argentina hacia los militares y el golpe sangriento.
Sin embargo, Sandri ha desarrollado su carrera en esferas internacionales. Su mayor desempeño lo ha desarrollado colaborando con monseñor Giovanni Battista Re, sustituto de la Secretaría de Estado. Se dice que es negociador, amable y con gran sensibilidad. El nuevo nuncio apostólico es ortodoxo doctrinalmente, su fuerte es el derecho canónico, obtuvo el doctorado en la Universidad Pontificia Gregoriana. Con todo, es un personaje ligado a la actual estructura gobernante del Vaticano
Llega avalado por la Santa Sede, quien vive momentos atípicos y, particularmente, delicados, propios del fin de todo ciclo pontifical. Ante un Papa débil, la burocracia se apodera de la conducción, las luchas internas se multiplican, los laberintos vaticanos son oscuros, se tejen alianzas, se conforman compromisos en torno no sólo del proceso sucesorio sino de la conducción de la catolicidad. Las aguas agitadas en el Vaticano repercuten en el conjunto de la Iglesia universal. México no es la excepción.
En esta columna hemos dado seguimiento a las tensiones y confrontaciones en la Iglesia mexicana, que son confirmadas por el propio Mullor en el último discurso que pronunció ante los obispos, en el que reafirmó la importancia de la colegialidad opuesta ''a un grupo de poder eclesial'', en clara alusión al Club de Roma.
Pero seamos más explícitos. Mullor expresa ante los obispos: ''Lejos de ser clérigos privilegiados o grandes actores políticos, traten de ser formadores de santos y de la protección evangélica; rechacen por tanto la tentación (donde la Iglesia) se vio obligada a convertirse en expresión de intereses políticos". Mullor reitera sentenciando: ''Puestos a escoger entre una autoridad de corte personal y una autoridad colegial, en la que los obispos de México están haciendo esfuerzos de alto valor eclesial en favor de la segunda opción''.
El paquete eclesial: la renuncia de Samuel Ruiz, la remoción de Raúl Vera, la promoción de Justo Mullor y el relegamiento del padre Alberto Athié son triunfos indiscutibles del grupo de obispos discípulos de Prigione que son precisamente aquellos que por protagonismo quieren, mediante el uso del poder, desarrollar la misión religiosa.
El mayor ejemplo lo tenemos con el cardenal Sandoval, quien tiene una fuerte gravitación en las decisiones de Jalisco. Mientras que la mayoría de los obispos pone en cuestión este acento político, porque la identidad cristiana y evangélica no se da por medio del poder sino de la autoridad moral, espiritual y pastoral.
La visita al Papa que realizaron a principios de febrero el presidente de la CEM, Luis Morales; el ex presidente de la misma, Sergio Obeso, y el cardenal de Monterrey, Adolfo Suárez Rivera, tuvo por objetivo ofrecer informaciones y opiniones alternas a las que la estructura le hace llegar al anciano Pontífice. Al parecer, hubo sorpresa del Papa y, según fuentes, queda nula la solicitud de renuncia por motivos de salud que Suárez Rivera solicitó hace algunos años.
Dicho con otras palabras, Sandri llegará a México y enfrentará a obispos encontrados. Tendrá que enfrentar el conflicto religioso e intraeclesiástico de Chiapas; deberá dar forma a sedes vacantes y a nuevos reacomodos entre los obispos. Existen expectativas ante su perfil: si es un nuncio cercano a la doctrina de Prigione, robustecerá las sensibilidades en los cardenales de México y Guadalajara y convertirá a Onésimo Cepeda, punta de lanza del priísmo, en un personaje relevante; si por el contrario intenta equilibrar, dialogar y escuchar al conjunto de los obispos, será un factor de contrapesos y equilibrios entre los obispos mexicanos; sin embargo, Ƒtendrá la misma suerte de Mullor?
En este año electoral, el terrero parece ser propicio para opciones políticas y de poder, dando rienda suelta a las fantasías constantinianas de altos jerarcas, pero también son años de definiciones importantes en el Vaticano. Si el Papa renuncia o muere, cabe suponer que el sucesor pondrá orden y claridad en las agitadas aguas de la Iglesia católica. *