ƑJaque mate?

* Octavio Rodríguez Araujo *

Existe la tendencia entre mucha gente a ver buenos y malos en todo conflicto social o político, sin matices y sin reconocer que más frecuentemente de lo que imaginamos tanto unos como otros cometen errores o no tienen toda la razón de su lado. Es el caso de lo que está ocurriendo en la UNAM en estos momentos.

Los errores y la intransigencia del CGH no significan que en todo esté equivocado. Los aciertos y las muestras de flexibilidad de la nueva rectoría no significan que en todo tenga razón.

El error más grave del CGH fue cometido precisamente el 7 de enero al no aceptar la propuesta del rector para ser discutida en la mesa de diálogo y haber desdeñado la propuesta del estudiante José Luis Correa, moderador en ese momento de la comisión del CGH, quien insistió en no discutir pequeñeces (el formato del diálogo, por ejemplo) y tratar de seguir adelante construyendo y acercándose. La comisión del rector se levantó de la mesa, como todos recordamos, y fue a partir de entonces cuando rectoría cambió la jugada al plantear el plebiscito para usarlo como arma de presión al CGH para que se reabra la UNAM (como estamos viendo ahora) y no para un diálogo en el que pudiera llegarse a puntos de acuerdo como condición para que sea levantada la huelga.

El CGH confundió los momentos y sus interlocutores. Hizo lo mismo que con la propuesta de los eméritos: rechazarla sin más, pero no tomó en cuenta que, a diferencia de esa propuesta, la de rectoría se podría traducir en hechos y en acciones decisivas para la universidad. Una nueva lógica comenzó a dibujarse después del 7 de enero, y en principio los acuerdos del 10 de diciembre, para rectoría, perdieron vigencia. Me refiero concretamente a los acuerdos uno y cuatro que dicen, respectivamente, que el diálogo es la única vía para solucionar el conflicto y que se reconoce al CGH como único interlocutor.

Esta nueva lógica de rectoría llevó al plebiscito, luego a considerarlo un mandato de la comunidad universitaria (no de un sector de ésta) y, lo más preocupante, que se abriera la universidad para reanudar el diálogo. Esto último significa, en términos crudos y sin eufemismos, que el CGH acate la voluntad "mayoritaria" expresada a favor de la propuesta del rector en el plebiscito y que levante la huelga para seguir dialogando. Y esto no es lo mismo que lo planteado por la comisión del rector el 7 de enero en Minería: que la propuesta del rector se discutiera en las bases estudiantiles y luego continuara el diálogo. El error del CGH y la nueva estrategia de rectoría podrían significar un jaque mate para el primero.

Por lo que se refiere al plebiscito, si bien se trató de un ejercicio ejemplar, no es exacto decir que "la inmensa mayoría de los miembros de la comunidad universitaria apoyan la propuesta...".

Los resultados del plebiscito son, en primer lugar, paradójicos para sus organizadores y, en segundo lugar, precisamente por esa paradoja, no representan la opinión de la mayoría de los universitarios. Me explico. Quizá con la intención de que se obtuvieran muchos votos se incluyó en el padrón a estudiantes con derecho a inscripción (previsión del artículo 20.II del Reglamento para el plebiscito). Este dato y otros cuya mención ocuparía mucho espacio, inflaron el padrón a un poco más de 400 mil universitarios, cuando que sabemos que los estudiantes, académicos y administrativos activos suman alrededor de 320 mil. Por lo tanto, quienes votaron a favor de la propuesta del rector (157 mil 191) representarían 39.30 por ciento del total del padrón, o 49.12 por ciento de los universitarios activos. En ninguno de los casos se trata de una inmensa mayoría por más que hayan sido, ciertamente, muchos más de los previstos. Por lo demás, hubo un manejo de cifras que ninguna persona experimentada en elecciones hubiera aceptado: los porcentajes que se dieron a la opinión pública, y que incluso miembros de la Comisión de Garantías los han hecho suyos (Hechos y CNI Noticias del 25 de enero), los han presentado en relación con la votación total y no con respecto del padrón, mismo que no se ha difundido como lo establecía el artículo 19 del Reglamento citado.

De la consulta del CGH sólo puedo decir que no tuvo ningún rigor y que si le aplicamos el mismo criterio de los totales: tanto de universitarios como de habitantes mayores de doce años en el DF y la zona conurbada, sus resultados, por más que los quiera presentar "de carne y hueso" en una marcha, son muy poco significativos. El CGH tampoco es objetivo. *