Antonio Gershenson
Presupuesto 2000
Se ha anunciado un acuerdo, en lo general, entre los partidos y el gobierno federal en cuanto al presupuesto para el año 2000. Aunque se votarán en lo particular los puntos de discrepancia es muy importante, en el plano político, que las cosas se den sobre la base de un acuerdo en principio. Por un lado se muestra que en el país sí existe una alternativa viable a la elaboración y ejercicio del presupuesto por funcionarios con un gran poder y prácticamente a su antojo, como ha sucedido en el pasado. Por otro lado, era común que toda la oposición votara en contra del presupuesto en lo general. El ambiente político será más sano ahora que si no se hubiera dado este consenso.
Unos de los puntos de discrepancia, tal vez los más mencionados a nivel público, son el monto del gasto social, de las participaciones a los estados y municipios y algunos renglones relacionados. El monto de la diferencia total entre las dos propuestas es mínimo en comparación con el monto del presupuesto, y se resuelve sobradamente con una previsión más realista de los precios del petróleo mexicano de exportación durante el 2000. Incluso se puede condicionar el ejercicio de ese gasto a los precios reales observados en cada mes o en cada trimestre, con la seguridad de que no habrá recortes por esta razón, porque en las condiciones reales que vivimos no es posible un desplome del precio del petróleo como para que el promedio anual sea el previsto en el nivel oficial.
Esta previsión, originalmente de 15.50 dólares por barril, habría sido aumentada a 16 dólares según algunas versiones de prensa. En cualquier caso, el precio ahora fluctúa, de manera estable, alrededor de los 22 dólares por barril, y no se ve que pueda bajar en enero, mes en que el invierno en los países de mayor consumo alcanza su punto más frío. Sólo en ese mes el excedente será de más de 10 mil millones de pesos. Y lo que podría llegar a bajar el precio, con un mercado muy sólido y controlado por los países exportadores, con un nivel de cumplimiento de los acuerdos para limitar producción del orden de 90 por ciento, no impide un flujo enorme de dinero no incluido en las previsiones oficiales.
Es muy importante que la Cámara de Diputados fije con precisión, tal vez en el decreto aprobatorio del presupuesto, el destino que deba darse a todo este dinero no previsto oficialmente para su uso presupuestal. Esto vale siempre, pero sobre todo en un año de elecciones generales, como es el 2000.
El acuerdo general es un avance. Está por verse, con todos los antecedentes de votaciones no sólo reñidas sino con resultados opuestos entre sí, lo que pasará con los puntos particulares a ser votados por mayoría. Finalmente, el segundo período extraordinario está citado para el día de los Santos Inocentes.