La Jornada domingo 26 de diciembre de 1999

Angeles González Gamio
Feliz cumpleaños del Ateneo Español

Es indudable que a lo largo de los siglos nuestro país se ha enriquecido con las inmigraciones a estas tierras. Buena muestra de ello es la ciudad de México, rostro de mil facetas, conformado en gran medida por las huellas que esos grupos han dejado al paso del tiempo. De esto nos habla una excelente colección de fascículos, resultados de las reuniones que realizó el Instituto de Cultura de la capital, denominadas Babel-Ciudad de México, en las que participaron integrantes de 14 inmigraciones, muchas de ellas producto del exilio político.

Una de estas últimas, que fue particularmente benéfica, fue la que se derivó del exilio español, producto de la guerra civil, que dio lugar a que a mediados de 1939 comenzaran a llegar a México grupos de refugiados, que incluían decenas de niños que habían quedado huérfanos. La política mexicana encabezada por el general Lázaro Cárdenas fue de total apertura y apoyo para los hermanos españoles. Lo que se pensó estancia temporal, se tornó en definitiva para la mayoría, como consecuencia de la longevidad de Francisco Franco. La nueva comunidad estaba conformada por profesores universitarios, investigadores, juristas, médicos, artistas, obreros calificados, entre muchos otros, la mayoría muy bien preparados. Todo ellos fueron integrándose al mundo laboral, brindando relevantes aportaciones; baste recordar a Aniceto Alcalá Zamora, Elvira Gascón, José Moreno Villa, Alvaro Custodio, Juan Rejano, Luis Buñuel, Eduardo Ferrer, Santiago Genovés, Bernardo Giner de los Ríos, Luis Rius, Rafael y Tomás Segovia, Nuria Parés, Augusto Benedico, Enrique Díaz Canedo y tantos, tantos otros, que nos llevarían varias páginas nombrar, pero que enriquecieron, en sus respectivos ámbitos, la vida nacional.

Buena parte de ellos se fueron a vivir al ahora llamado Centro Histórico, en ese entonces simplemente "el centro", a la zona del barrio de San Juan, principalmente a las calles de López. Otros escogieron las colonias San Rafael, Cuauhtémoc, Juárez, Roma y Condesa. Todo este mundo de personas dispersas por la gran ciudad tuvieron la idea, una vez asumido que la estancia era para largo, de fundar un centro cultural, que fuese un foro abierto para debatir ideas intelectuales y políticas de todas las corrientes, así como crear un espacio donde los transterrados pudieran reunirse para mantener viva la cultura española que representaban y, en la medida de lo posible, buscar un cambio de régimen en España. Así nació en 1949 el Ateneo Español, en una mansión de la avenida Morelos, misma que se dañó en el terremoto de 1985, lo que los llevó a trasladarse a la Casa de la Acequia, soberbia casona virreinal, que en ese entonces estaba recién restaurada y que a la fecha continúa siendo su sede, ubicada en Isabel la Católica 96. Resulta interesante conocer que en este lugar nació don Daniel Cosió Villegas, uno de los intelectuales mexicanos más sobresalientes, quien fundó instituciones de gran relevancia, como el Fondo de Cultura Económica y El Colegio de México, ambos con la participación destacada de exiliados españoles.

En la actualidad, a sus 50 años de edad, el Ateneo continúa "vivito y coleando", bajo la dirección de Leonor Sarmiento, notable mujer con verdadera pasión por su actividad, que la lleva a organizar mensualmente innumerables actividades de gran calidad, que dan vida a la hermosa casona, que desde luego tiene un amplio patio, además de un lindo auditorio y la excelente biblioteca del Ateneo. Bajo el comedor de la casona permanece la acequia que la bautiza, de las más importantes desde la época prehispánica.

La talentosa señora Sarmiento y su mesa directiva han emprendido ahora una empeñosa batalla para lograr que las nuevas generaciones se acerquen al Ateneo y mantengan vigente este importante centro cultural, que sus padres o abuelos forjaron con amor y esfuerzo y que constituye una fértil herencia, que vale la pena preservar.

Además tiene la ventaja de su cercanía con varios de los mejores restaurantes de comida regional española de la ciudad: El Casino Español, en Isabel la Católica 34; El Circulo Vasco, en 16 de Septiembre 51; a unos pasos, en el 57 de la misma calle, El Mesón Navarro, y en Uruguay 16 el estupendo Centro Castellano. Más populares, La Casa Valencia, en la calle López o La Casa Rosalía, en San Juan de Letrán 46.

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