Ť La alfabetización en la materia, uno de los retos


México, rezagado en educación tecnológica: Diódoro Guerra

Ť Falta orientación vocacional y divulgación, dice el director del IPN

María Esther Ibarra Ť La "alfabetización tecnológica" es uno de los retos en México para disminuir la brecha que enfrenta en la materia, pues aun cuando la educación tecnológica representa 14.6 por ciento de las instituciones de educación superior del país, 90 por ciento de la matrícula se concentra en ocho campos de conocimiento, examina el director del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Diódoro Guerra.

Aunado a eso, advierte que en Estados Unidos, Japón y Canadá por cada mil personas económicamente activas, de 10 a 14 laboran en ramas científicas y tecnológicas; en países que integran la Unión Europea el promedio es de 8, mientras que en México es de una persona.

En su investigación La Educación Tecnológica, el director del IPN establece como falsa la dicotomía entre los llamados intelectuales y los científicos, así como la diferencia que se hace de los primeros cuando se les asocia con palabras e ideas y a los segundos, con personas y trabajo. En este sentido, subraya que la educación científica y tecnológica es una espacio específico dentro de la enseñanza universitaria, pero ambas forman parte de la educación superior nacional y su propósito es el mismo.

También refuta la postura de que la educación tecnológica no tenga aceptación entre los jóvenes, pues destaca que en algunos países europeos entre 50 y 80 por ciento de los estudiantes egresados del nivel medio superior se incorporan a programas de educación tecnológica, muchos de ellos con duración de dos años.

Empero, reconoce que en nuestro país de cada tres carreras que ofrecen, una es de educación tecnológica, como también que de cada 10 alumnos que se encuentran en el nivel de educación superior, tres se inclinan por carreras de corte tecnológico. Esta tendencia, agrega, se ha mantenido prácticamente constante en los últimos años, lo que implica que de algún modo ha faltado orientación vocacional y divulgación de las características de la oferta profesional.

A diferencia de esos y otros países, asegura Guerra, en México existe desde hace muchos años un sistema de educación e investigación tecnológica, articulado en sus distintos niveles en torno de esta modalidad educativa, y que cubre desde el segundo año de secundaria hasta el grado seis de doctorado. Incluso, afirma, el país cuenta con un Sistema Nacional de Educación Tecnológica.

Sin embargo, señala que pese a tener un perfil muy variado y amplio ųabarca 112 carreras agrupadas en 29 subáreasų, 90 por ciento de la matrícula se concentra en ocho campos relacionados con carreras de ingeniería y tecnología, los cuales si bien corresponden con las nuevas tecnologías predominantes a nivel mundial, dicha concentración representa una desventaja para México en el contexto de los cambios tecnológicos y sus aplicaciones.

En primer lugar, computación y sistemas tiene la mayor matrícula (27 por ciento), con 123 mil 821 estudiantes; ingeniería industrial (12.5 por ciento), con 57 mil 317 alumnos; ingeniería eléctrica y electrónica (12 por ciento), con 55 mil 456; arquitectura (10 por ciento), con una población escolar de 48 mil 544; ingeniería mecánica y eléctrica (10 por ciento) con 46 mil 331; ingeniería civil (7.8 por ciento), con 35 mil 828; diseño (5.2 por ciento), con 23 mil 935 mil; e ingeniería química (4.4 por ciento), con 20 mil 162.

Para el director del IPN la situación resulta más "crítica" en la atención de la educación superior en general, pues las disparidades con los principales socios comerciales son preocupantes: Estados Unidos muestra tres veces más población en universidades y Canadá cinco veces, y el promedio de 23 de los 27 países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) es dos veces superior.

Y subraya que en esos países el porcentaje de atención promedio de los jóvenes entre 20 y 24 años se ubica alrededor de 50 por ciento en los últimos años, mientras que en México el registro es de poco más de 17 por ciento.

Pero las disparidades son aún mayores, dice Guerra, en relación con Estados Unidos que tiene una población tres veces superior a la de México, pero también el número de sus universidades es tres veces mayor al del país. En el rubro de profesores, científicos y técnicos es superior en 100 veces; el de graduados en maestría 10 y de doctorados 30 veces más.

Asimismo, Estados Unidos cuenta con más de 3 mil 700 investigadores por millón de habitantes, mientras que México sólo con 100. Lo anterior, explica, se debe entre otros factores a que el gasto gubernamental en ciencia y tecnología es de 100 veces superior y el privado 750 al que se destina en nuestro país.

En un contexto global, Guerra enfatiza que los países desarrollados dedican más de mil 200 dólares por habitante a los gastos públicos destinados a la educación, en tanto que en América Latina la cifra llega, en promedio, a 153 dólares por habitante.