EL INSTITUTO FEDERAL ELEC-TORAL ES OBJETO de un ataque sistemático por parte del PRI y del gobierno federal. Lo que estamos viendo no es un litigio administrativo. Es una ofensiva vertebrada, inteligente, astuta. No ha sido decidido por oficiales de segunda fila. Ha sido diseñado en las más altas instancias del poder. No intenta eliminar consejeros incómodos, sino dañar severamente la credibilidad de la institución. ƑPor qué? ƑPara qué?
Es probable que el IFE no hubiera sido atacado por el PRI y éste hubiera mantenido su control en la Cámara de Diputados y si no hubiera avanzado la oposición a un ritmo que escapaba a los planes de una reforma limitada del Presidente y de los priístas. El IFE administró bien el proceso de 1997. La mayoría de los consejeros electorales demostraron pronto que habían aprendido las lecciones, que tenían valentía e independencia. Lograron el recambio del secretario ejecutivo y empezaron a tomar decisiones que fortalecían la independencia del IFE.
Desde entonces los ataques del PRI se han hecho cada vez más frecuentes y articulados. En apariencia el litigio se limita a la crítica a algunos de los consejeros más independientes. Pero en el fondo se trata de restarle fuerza moral y política a la institución. Lo escandaloso de los ataques, la forma en que la prensa y los medios electrónicos oficialistas lo repercuten, la alta coordinación de la ofensiva que va desde la representación del PRI en el Consejo General a toda la jerarquía del partido, nos demuestra la importancia que tiene para el sistema.
No es una agresión política de altura. Tiene tintes de perversidad. Se utiliza la calumnia, la difamación, el ataque a las vidas personales de los consejeros. Un ejemplo es el último incidente, la "destitución" ridículamente ilegal de Jesús Cantú por un contralor priísta incrustado en el aparato del IFE. Es evidente que la ofensiva es operada adentro y afuera del instituto con disciplina. Pero el estratega está en la penumbra en el Congreso o en alguna subsecretaría de Gobernación. Sin embargo, es seguro que todo el plan ha sido aprobado por el Presidente. La línea la han mantenido los últimos tres secretarios de Gobernación y los presidentes del PRI. Ninguno de ellos se lanzaría irresponsable contra la autoridad electoral si el Presidente no lo hubiera aprobado expresamente.
ƑPero por qué Zedillo ataca su propia obra? El IFE es la única institución democrática que nos deja como legado. El resto de su programa de reforma política se frustró. Esta contradicción corresponde al estilo personal contradictorio del Presidente. Con mucho ha sido el más liberal de todos los presidentes priístas. Quizás por maquiavelismo, mal oficio o presiones de los grupos de interés ha refrenado las reformas que él mismo impulsó. Un zigzag muy peligroso.
Es de esperarse una nueva andanada contra el IFE en los próximos días o semanas, porque está a punto de iniciarse el nuevo ciclo electoral. El consejo tomará decisiones trascendentales, algunas muy espectaculares (registros de candidatos y de coaliciones), y otras decisivas para la confiabilidad del proceso: el nombramiento de los consejos y vocalías locales y distritales. Estos organismos han operado influidos por los gobernadores o (en su caso) por los agentes de la Secretaría de Gobernación. Su depuración sería un golpe al PRI. Es probable que las próximas elecciones se resuelvan con una diferencia relativamente pequeña de votos. El PRI ha incurrido en las últimas elecciones locales al saboteo de las estructuras opositoras, al fraude "hormiga", a tácticas de coacción y venta de votos que pudieran significar la apretada diferencia. El tricolor teme seguramente la descalificación que un consejo general independiente pudiera hacer de un proceso electoral viciado.
También puede suceder (y esto es mucho más peligroso) que el PRI haya hecho el cálculo de la alta probabilidad de su derrota y que su descalificación al IFE intente anticipar la justificación con medidas de hecho, para impedir que el candidato triunfante de la oposición llegara a tomar posesión de la Presidencia de la República. Hay que recordar del apotegma de Fidel Velázquez: "Llegamos al poder a balazos y sólo los balazos nos sacarán de aquí".
Tiene uno que reconocer la ruda eficacia política con la que opera el PRI. Son formidables tácticos. Pero pueden estar cometiendo errores estratégicos que aceleren la desintegración del aparato. Aumentar las tensiones políticas con el desprestigio de la autoridad electoral máxima puede llevar a una ruptura institucional, maniobra suicida para los priístas. Deberían reconsiderar su política en contra del IFE. No sólo por el bien de México, sino en tributo a su más estricto instinto de supervivencia. *