Bertha E. Luján
Doce años de autogestión en la vidriera

La Unión de Productores de Vidrio Plano del estado de México, ``La Vidriera'' como muchos la conocen, es una empresa propiedad de sus trabajadores, que ocupa el segundo lugar en producción de vidrio plano en nuestro país, la cual cumplirá doce años de existencia en próximos días.

Esta experiencia autogestionaria se inicia cuando el dueño de las empresas Vidriera, S.A. e Industrias Alumex abandona las fábricas y a sus trabajadores, los que se ven en la necesidad de estallar la huelga para preservar su patrimonio laboral. Después de cuatro años, todos los bienes propiedad de las empresas fueron adjudicados a sus 400 trabajadores, planteándose la disyuntiva de venderlas para repartir el capital obtenido entre todos, o trabajarlas de manera colectiva.

Las dificultades para operarlas por sí mismos eran muchas, por lo que los trabajadores-dueños deciden vender. Los posibles compradores, entre ellos la CTM, presentan ofertas de compra muy baja, por lo que se opta entonces por constituir una empresa de propiedad colectiva, dirigida y administrada por sus propios trabajadores. Tomada la decisión, en sólo tres meses el producto de la venta del vidrio terminado que había quedado en bodega durante el tiempo del conflicto, es mayor que el precio ofrecido por los mejores compradores por todos los bienes. Con la venta del producto se constituye el capital de trabajo con el que se empieza a operar, se echan a andar los hornos y a producir vidrio... Han pasado doce años desde entonces. No han faltado las dificultades, pero se sigue adelante. En esta época en la que el balance de los resultados de la llamada economía social nos arroja más fracasos que éxitos, es gratificante encontrar ejemplos de empresas colectivas que siguen en pie y con posibilidades de continuar.

Esta experiencia ha sido posible por el esfuerzo de muchos. En primer lugar de sus trabajadores; también de los técnicos como el ingeniero Juan Vega, o de gente que ha creído en el proyecto y lo han apoyado desde siempre: Gustavo Velásquez, los compañeros del FAT y de Asesoría Integral; algunos funcionarios de Empresas de Solidaridad que han apoyado sobre todo cuando las deudas con Pemex amenazaban terminar con el proyecto; y los amigos canadienses que prestaron recursos para modernizar la planta. Se trata de una auténtica experiencia colectiva, en la que la suma de esfuerzos ha hecho posible enfrentar las dificultades con buenos resultados.

Esta empresa de trabajadores empieza hoy una nueva etapa. Ha tenido que modernizarse para enfrentar los retos de la competencia y del mercado, y con bastante fortuna, ha empezado a producir vidrio con una nueva tecnología que le permite reducir sus costos y contribuir a preservar el medio ambiente.

Los vidrieros tienen hoy una gran experiencia que comunicar a los trabajadores del país. Saben que las empresas colectivas cargan con todas las cualidades y limitaciones humanas que se dan en nuestra sociedad actual, que no basta la propiedad colectiva si no va acompañada de un proceso de capacitación para la autogestión, que se necesita más que la buena voluntad para sostener una empresa productiva; que es necesario tener administración eficiente, conocimiento del mercado, disciplina en el trabajo y reglas claras tanto de las obligaciones como de los derechos. Los vidrieros han aprendido que hacer autogestión significa recobrar autonomía, independencia y responsabilidad compartida.

Frente a la crisis que vivimos, ejemplos como éste nos demuestran que sí hay otro camino, y que ya lo están construyendo los trabajadores mexicanos.

P.D. Esperamos a todos los amigos de ``La Vidriera'' a la reinauguración del horno el próximo miércoles 9 de octubre en Coacalco.