AUTOPISTA
Gabomanía
Noticia de un secuestro, el trepidante relato de la muerte
de la periodista Diana Turbay y de los rehenes con los que Pablo
Escobar pretendió que el gobierno de César Gaviria
renunciara a la extradición de narcotraficantes, ha otorgado
otro récord al plusmarquista Gabriel García
Márquez. En la Feria del Libro de Bogotá, Noticia
se vende a razón de tres ejemplares por minuto, y hasta ahora
no se conoce a un solo lector que haya tardado más de tres
días en acabar el libro. Los expertos en marketing han
cedido a la tentación de explicar el fenómeno con
argumentos extraliterarios: el autor más famoso del planeta se
ocupa del tema que devasta a su país. Pero el secreto profundo
de Noticia es otro: García Márquez ha vuelto a
la primera de sus pasiones, el reportaje como obra de arte, y ha
logrado un laberinto muy superior al que rodeó a su
Simón Bolívar. Si Relato de un náufrago
ofrece la narración íntima de un hombre en riesgo,
Noticia de un secuestro extiende el procedimiento a una decena
de personajes. Los mejores recursos de García Márquez
están sobre la mesa: la tensión argumental de
Crónica de una muerte anunciada, el tejido de saga de
Cien años de soledad y la recuperación del
melodrama y el folletín de El amor en los tiempos del
cólera. Quienes ignoramos los sucesos en que se basa,
podemos leer el libro como una minuciosa recreación del terror
y los heroísmos para combatirlo. Al igual que en El
año de la peste, de Daniel Defoe, el reportaje trasciende
los detalles que lo originaron. Entre las pruebas de velocidad de esta
novela sin ficción se cuenta la de ser un clásico
instantáneo.
Skármeta en México
El escritor chileno Antonio Skármeta ha llevado dos pasiones a
un rango casi metafísico: el twist y las apuestas en los
hipódromos. Aficionado a las causas, si no perdidas por lo
menos difíciles, Skármeta considera que el infierno es
un hipódromo en el que todos ganan. Este gusto por disfrutar
las pérdidas lo ha llevado a comprar un temperamental caballo
de carreras.
Si Fernando Alegría narró las aventuras de un purasangre
chileno en Caballo de copas, Skármeta decidió
llevarlas a su vida. En efecto, las regalías de El cartero
de Neruda fueron a dar a Malagón , que en la cultura
de los caballos es un gitano ejemplar: gana cuando quiere y
jamás cumple un pronóstico. Dos triunfos lo llevaron a
la sección hípica de la prensa chilena; sin embargo,
fiel a su estampa de héroe de barrio, Malagón se
durmió de pie en sus laureles, fue insensible a los ruegos de
su amo y quedó suspendido un mes por el orgullo con que llegaba
en último lugar. Libre de sus tareas de motivador
hípico, Skármeta pudo venir a México para
presentar El cartero de Neruda.
Antes de que se viera rodeado por la fama, los Óscares y los
faxes de Sharon Stone que le proponen una versión en
inglés del Cartero, Skármeta publicó en la
UNAM su excepcional novela Soñé que la nieve
ardía, que narra el golpe de Estado chileno visto por un
joven futbolista. El libro aún se consigue, a precio de fruta
en oferta.
El jueves, en Monterrey, Skármeta fue testigo de un singular
concurso en el que participaron carteros aficionados a la literatura,
y hoy se presenta en la sala Manuel M. Ponce del INBA para hablar de
su amigo Juan Rulfo.
Esta Autopista, admiradora de Malagón y otros
corredores sorpresivos, recuerda que para cierto personaje de
Skármeta nada podía ser tan tedioso "como un
domingo sin futbol". Nuestra liga acaba de concluir pero hoy
amanecimos con el mejor de los sustitutos: un cuento de Antonio
Skármeta.
Hughes y la Coatlicue
Para explicar el cuadro El ahorcado, de Leonard Baskin, el
poeta Ted Hughes recurrió a un insólito paralelo con la
Coatlicue de nuestro Museo de Antropología. Escribe Hughes:
"Podemos apenas intuir el significado que la Coatlicue tuvo para
los hombres que la esculpieron. Se trata de un gigantesco amasijo de
jeroglíficos aztecas, un monstruoso quipu de enigmas
religiosos y mitológicos para los antropólogos. Pero su
poderío habla por sí mismo. Una demoniaca mole de
mana, una petrificada masa de música grotesca,
equivalente a la irrupción de los electrones que vibran en
nuestro mundo sensual: una serpiente titánica de magma
solar, que anuda sobre sí misma formas que semejan miembros y
un rostro congelados."
Después de la visión del poeta, conviene recordar el
aforismo de Monsiváis: "La Coatlicue sigue tan callada
porque está pasadísima."
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CONFIGURACIONES
Hugo Hiriart
Atila comiendo alcachofas
Hemos venido hablando de regularidades, es decir, de las notas
implícitas en nuestra comprensión de las palabras. Pero
al hacer esto hemos venido hablando de otra cosa. La facultad de
manejar regularidades tiene un nombre, se llama
imaginación. Por lo tanto, hemos estado hablando de la
más evasiva, brillante e ingobernable de nuestras capacidades,
la de imaginar. Esto no es, desde luego, la manera común y
corriente de entender lo que hace la imaginación.
Cuando se nos pregunta qué hace la
imaginación?, nosotros habitualmente respondemos hablando de
ciertos sucesos mentales que llamamos
"imágenes". Estas imágenes consisten en
"ver" en la cabeza, visualizar, figurarnos cosas o
situaciones. Veo el puro humeante que está en mi cenicero y
puedo cerrar los ojos y volver a "verlo" en mi cabeza
(entrecomillo "verlo" porque no estoy viendo nada, estoy
imaginando el puro, o, como decimos en México, estoy
imaginándomelo). Te digo "imagínate a Atila
comiendo alcachofas" y pum, pum, ahí está en tu
cabeza una representación del guerrero y de la alcachofa. Como
hice con el puro o con Atila puedo hacer con situaciones mucho
más complicadas, por ejemplo, imaginarme con ira o con
alegría qué anda haciendo mi amada ahora que no
está conmigo o a Sancho Panza caminando en la Luna.
"Ver" en la cabeza es experiencia muy común y
corriente que todos tenemos. A eso vagamente le llamamos imaginar. Y
aquí nuestra comprensión se diluye: ya no sabemos
cómo es exactamente el proceso de imaginar ni cómo
operan estas imágenes.
Esta concepción que liga imaginar con visualizar es
prejuicio muy arraigado. Y está claro que si lo negamos y
decimos que la imaginación no puede consistir en estas
visualizaciones, sino, como dijimos, en el manejo de regularidades,
sintamos sorpresa, incomodidad, y cierto rechazo. Las palabras
"imaginación" e "imaginar", también
tienen sus regularidades, una de ellas y fuerte es ligarla a
visualizar, a "ver" en la cabeza. Pero no hay remedio: la
producción y operación de imágenes no puede de
ningún modo dar razón de la enorme variedad de la
experiencia imaginativa. Además, las imágenes mentales,
por comunes que sean, son monstruos que no sólo no explican
nada, sino que necesitan ellos mismos ser explicados. Son las
regularidades las que explican las imágenes visuales y no al
revés.
Estoy hablando dogmáticamente, estoy enunciando tesis
generales y formulando una especie de programa de
exposición. Todo esto tiene que probarse.
Ahora bien, digo que hay que aclarar qué es y cómo
funciona la imaginación, pero qué no sabemos
qué es?, hay algo que ignoremos? En cierto sentido,
tenemos gran familiaridad con ella, la usamos sin problemas, hablamos
de ella sin ninguna dificultad. Tenemos un acuerdo verbal acerca de
ella.
Pero una cosa es tener familiaridad con algo y otra muy diferente
es reflexionar sobre ese algo. Una cosa es usar con facilidad ciertas
palabras y otra diferente decir lo que esas palabras quieren decir o
significan. Una cosa es decir de alguien que "tiene
imaginación" y otra muy diferente es explicar qué
es que alguien tenga imaginación.
Observemos estas frases muy comunes.
1) Me imaginé que ibas a venir vestido de pato.
2) El Espantoso Pufo es un personaje imaginario y sólo puede
ser vencido por otro personaje imaginario, ni tú ni la
policía preventiva tienen nada que hacer.
3) Ya me imagino todo lo que la vieja le dijo a Heriberto cuando lo
corrió de su casa.
4) El niño gordo tiene más imaginación que
todos los demás.
5) Imagínate el timbre ronco de un violoncello.
6) No tienes nada, ya lo dijo el médico, es tu
imaginación.
7) Juega con mucha imaginación, sobre todo en el área
chica.
Cuáles de estos usos podrías aclarar echando
mano de las imágenes visuales? Se nota que el Gordo es
más imaginativo porque produce más o más finas
imágenes visuales? No sería más razonable
decir que se nota que es más ocurrente o inventivo? Inventivo
no puede reducirse a imágenes visuales porque qué
me dices de la inventiva verbal del ingenioso o del poeta? "Pufo
es imaginario" quiere decir Pufo no existe, pero las jugadas
imaginativas del futbolista sí existen. Se trata de dos
líneas de regularidades diferentes. Una de ellas, la de
inexistencia, juega con el hipocondriaco, la otra, no. Aquí las
imágenes no pueden desempeñar ningún papel. Ni
tampoco en "imagínate un cello solo tocando el Himno
Nacional".
Si dices "estoy imaginándome en qué trabaja esta
mujer", qué estás haciendo? Ése es el
problema. Pero, si quieres explicar qué se hace cuando se
imagina, tienes que hablar de todos los usos de "imaginar",
"imaginario" e "imaginación", no nada
más de los que te convienen.

Naief Yehya
Lógica hostil
La dictadura de DOS
La computadora está atravesando un momento difícil en
su desarrollo. Por un lado se le trata de vender como un aparato
doméstico tan indispensable como la aspiradora o la licuadora,
y tan entretenido como la tele y el estéreo, pero por otro
sigue siendo una máquina sofisticada que requiere de un usuario
relativamente competente. Al consumidor medio no le inspira mucha
confianza un aparato que se vende con manuales tan gruesos como
directorios telefónicos, y menos en una era en que ya nadie lee
manuales (cuándo fue la última vez que leyó
usted minuciosamente las instrucciones de su tostador de pan?). Mucha
gente tiene problemas para programar su videocasetera o ajustar el
tiempo para cocinar papas en el horno de microondas. No es de
sorprender que estos mismos consumidores sufran al enfrentarse a la
lógica de la computadora, que depende de diagramas de flujo (si
sucede A entonces se hace B, si no C). Pero antes las cosas eran mucho
peores, cuando la mayoría de las computadoras personales
vivían bajo la dictadura del sistema operativo DOS (Disc
Operating System, diseñado por el celebérrimo Bill Gates
y distribuido por su empresa, Microsoft), que emplean las PCs
compatibles. Para hacer cualquier cosa en DOS, uno tiene que aprender
comandos o instrucciones y ejecutarlos en un cierto orden (y sin
faltas de ortografía). Hoy en día, DOS sigue siendo el
rey de los sistemas operativos pero afortunadamente hay programas que
facilitan el uso de la PC. Quién puede olvidar la
frustración que provoca la inexpresividad de un C:>?
La máquina iconoclasta
Para contrarrestar la aridez que dominaba este campo, la empresa
Apple de Steve Jobs invocó la imaginería contracultural
de los sesenta para lanzar una computadora distinta e iconoclasta
(cuenta la leyenda que sobre las oficinas de Jobs ondeaba una bandera
pirata), que se rebelaba contra la uniformidad, rigidez, falta de
imaginación y deshumanización que representaba el
gigante de la industria: IBM. Con Macintosh, las computadoras
comenzaron a mostrar signos de humanidad como el mouse y el
manejo de iconos. Jobs demostró que a pesar de la
fascinación que causan los paneles con foquitos de las
computadoras en las viejas películas de ciencia ficción
de serie B, los humanos preferimos usar máquinas que no
requieran que pensemos en ellas. La guerra de las computadoras
personales, o más bien, la batalla entre los dos principales
sistemas operativos (o plataformas), tiene que ver con la manera de
convertir secuencias de instrucciones en acciones simples y
naturales. Casi todo mundo está de acuerdo en que es más
cómodo reconocer iconos, abrir menús en pantalla y
seleccionar instrucciones que memorizar interminables chorizos de
palabras; es mejor apuntar una flecha y apretar un botón que
escribir cosas como: copy c:\dos\edit.com c:\archivo.
Deficiente y torpe pero barato
Para estar a la altura de la competencia, los técnicos de
Microsoft estudiaron el sistema operativo de Macintosh e hicieron una
copia burda: Windows. Pero aunque parezca increíble, optaron
por dos sistemas mediocres en vez de desplazar al rancio y hostil
DOS. En realidad, lo que decidieron fue seguir ordeñando
comercialmente y hasta sus últimas consecuencias a DOS. Las
primeras versiones de Windows eran de una torpeza inverosímil,
además de que las deficiencias de ambos sistemas se sumaban
para entorpecer a la computadora. La versión 3.11 de Windows es
relativamente eficiente y de hecho no ha podido ser desplazada
totalmente por el flamante y multidefectuoso Windows 95 (un sistema
vorágine para el que nunca parece haber recursos
suficientes). Pero con todos sus defectos, el 80% de las computadoras
del planeta utilizan la plataforma DOS-Windows, en buena medida debido
a que es mucho más económica que Macintosh. Pero no es
la primera vez en la historia que una tecnología superior se ve
desplazada por una inferior. De hecho, esto se ha denominado
betamaxear un producto, debido a que el formato Betamax de
video fue derrotado por el VHS, a pesar de que éste es menos
eficiente en muchos sentidos. En 1975, Sony cometió el mismo
error de Apple al querer monopolizar la venta de su sistema operativo,
por lo que eligieron no otorgar licencias para fabricar videocaseteras
o cintas Betamax a sus competidores. Un año después
apareció VHS, de Matsushita, cuya licencia se daba
fácilmente, y pronto una docena de fabricantes invadieron el
mercado aislando a Sony, que tuvo que darse por vencida y abandonar
Beta.
http://Do yu spk ingles?
Sin duda resulta difícil entender, en esta fase del
desarrollo de la red, en qué consisten las amenazas más
abstractas que implica el Internet, aunque dos muy evidentes son la
imposición de estándares ineficientes y el colonialismo
lingüístico ("Es el acto más flagrante de
colonialismo intelectual", comenta aterrado Anatoly Voronov,
director del servidor ruso de Internet, Glasnet), que consiste en la
imposición internacional del inglés y de una jerga
ciberneticoide cargada de neologismos (como betamaxear),
tecnicismos, abreviaciones y siglas crípticas. Es relativamente
desolador que el inglés (que ya es la lengua internacional de
la aeronáutica, la diplomacia y los videojuegos) amenace (en su
versión tecnobroken) volverse el idioma exclusivo y
excluyente de las demás áreas de la cultura.
Naief Yehya
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